domingo, diciembre 21, 2008

Juvo-Juvencio...

Me encanta poder anclarme a textos ajenos. Poder aferrarme a imágenes significantes y quedarme quieto lo que dure el sentido, la identificación. Eso sí, dudo, dudo porque me niego a ser parte de una cabeza ajena, dudo porque mis ganas de ser un ser único me hacen cerrar muchas puertas, pero siempre, y en esto soy rudamente claro, teniendo la posibilidad de mirar por la ventana. Y hoy entra sol por entre mis cactus de la mala suerte.

Es domingo y desperté con ganas de leer. Más que de leer, de enterarme de cosas y saciar ese hambre matutino de nuevas montañas, de nuevos bosques cargados de color. Hoy, por ejemplo, descubrí a Juvencio Valle (1900-1999), un poeta bautizado por Neruda como "Juvencio Silencio", haciendo alusión a su hermetismo hablado, muy al contrario de su voz escrita.

Al adentrarme un poco en su historia, en su obra, se me vinieron muchas cosas al frente. Y fue muy, cómo decirlo... aclarador. Por ejemplo, Sayaka, al preguntarle sus motivos, sus inspiraciones al pintar, al dibujar me decía que no tiene claro lo que hace, lo que pinta. Eso de la inspiración no era un motivo al cual sujetarse. Ni los meses ni los colores que va ocupando en ese calendario tan lleno de ella, ni las formas espirales ni las cabezas de tiburón que, en realidad, no lo son. Simplemente era, hacía, creaba. Al principio no me quedó muy claro, pero de pronto todo estaba sobre la mesa, y me acordé de aquello cuando leí una crónica que Pepita Turina (otra hermosa suicida de este país con forma de espada) le hizo al escritor, y me hizo mucho sentido. Ella dice: "El -juvencio- sólo sabe expresarse cuando no se lo preguntan. Es como él dice de la nube:¿'Quién puede determinar lo que es la nube? ¿Agua o sueño?'. Simple.

Para cerrar este domingo de flores abiertas, quiero dejar un fragmento de Juvencio Silencio. Un texto que encierra muy bien aquello que haces, pero no sabes muy bien porqué. Algo que quiero guardar en este blog, a ver si dejándolo en mis espacios, se me olvida menos pronto:

"Preguntémosle primero al árbol desde donde le viene su descontrolado afán de colores. Tengo una canción en la garganta. ¿en qué parte tiene ella su principio? Preguntémosle también a la madre en qué mundo le comienza a ella esa leche de suave alelí que la circunda".


bienvenidos. Deje su impresión, pero en alta calidad.

jueves, diciembre 18, 2008

siéntete libre de escribir lo que se te antoje

Tengo la punta de los dedos helados


Hay un zancudo parado abajo del poster de Violeta. Está con las patas delanteras posadas en el poster, en su borde. Justo, justo al medio del marco del arpa, bien vertical, como formado en actitud de flecha, listo para salir disparado con destino-ninguna-parte. Y las otras cuatro patas, bueno, sobre la pared blanca, con posición de V pero al revés. Tiene patas largas, delgadísimas, con articulaciones milimétricas que a simple vista parecieran quiebres mal hechos, o formados a la fuerza con el filo de un cartonero. En fin,,, A estas horas me llama la atención ver weas así. Lo que pasa es que en la madrugada hay estados superiores, siempre he pensado eso, y me convenzo con fuerza pa'encontrarle sentido. En el día es como si la gente despierta te robara energía, son sanguijuelas inconcientes. Entonces, cuando la mayoría duerme, cuando todos son responsables por el día que se les viene, recuperas combustible y andas percibiendo lo que normalmente dejas pasar por estanque vacío, o, no sé, algo por el estilo. Bien narcolepsia: dormirse a ratos, despertar de golpe, y ver, enfocar, volver a dormir.

Nada que ver, súper nada que ver, pero acabo de tener un sueño. En mi reproductor suena Cordero UFO de jirafa ardiendo, y me evoca súper nítido la rivera de un río en el sur. ¡No! Rectifico: mejor dicho, la vegetación que crece al lado del río en el sur. Eso. Las matas que parecieran caer a las aguas pero que nunca se desprenden del borde al que se anclan sus raíces. Aunque más que eso, y con esto cierro el tema, me remito al campo. A cualquier campo. Es el sueño que acabo de tener. Un campo, un río, un caminito irregular. Es de noche, es ahora; el agua que suena, y las hojas de los árboles que cantan los temas inéditos que nunca se escriben. Y acá la parte absurda, con toda la vegetación, la naturaleza, el viento... con todo el frío puro que te atraviesa la piel, los huesos, estoy sentado en esta misma silla, fumando un cigarro, buscando el cinturón de Orion en la penumbra. Ah, y no hay luna. Bien dark la wea. El sueño dura menos de lo que tardé en escribirlo, pero es la gracia creo yo.

No es para tí. Eso canta Harrison ahora. Le dije a vita que nos fumáramos un pucho, pero hace un par de minutos. Siempre me dice "pulento". Es como su frase. ¿Cachai que uno demora en promedio unos cinco minutos en fumarse un pucho?. Yo me he tomado el tiempo, y a veces demoro menos. Debe ser porque nunca he aprendido a fumar bien. ¿Sepuedefumarbien? Yo creo que fumar ya es hacerlo mal. Aunque hacerlo mal sería hacerlo bien. Ah, qué onda...

La navidad me pisa los talones. El pascuero anda bailando salsa, cagao de calor, y me huevea a lo lejos. Se saca el guante derecho, pone su mano bajo la axila, y hace sonidos a modo de villancicos. Hacía tiempo no esperaba esa fecha con tantas ansias. Es como cuando era pendejo (he dejado de serlo en algún momento?), contaba los días y lo regresivo se hacía eterno en mi cabecita (ota) de niño.

Son cinco para las dos. El Zancudo retrocedió. Es como el ludo, "retroceda tantos espacios". Este lo hizo dos espacios. Espacios de él si po. Ahora suena Blackbird y es tiempo. Tengo el pelo seco ya. Me llegó un correo del equipo windows live, la dura que los he puesto correo no deseado, pero llegan igual. El equipo Windows live me tinca una tropa de gringos orgullosísimos de su invento. A mí me cae mejor el equipo google, si es que existe.

Good night, espías

martes, diciembre 16, 2008

La sesión interminable


La sesión de baile seguía. Él iba caminando apresurado para no perdérsela, bordeando el comercio callejero que esta vez parecía más gris y silente de lo normal. Avanzaba a pasos largos, pensando en prender el último cigarro de su cajetilla. Pero era un pensamiento pobre de eventualidades, pues la decisión estaba tomada desde siempre, al menos desde que la conocía: guardaba el último pucho para verla en su sesión, drogada entre las repisas, bailando y curvándose entre su colección de galletas animales.

A unos pasos de ella, de su casa, como asegurándose que todo seguía su curso normal, abría su bolso y acariciaba la carta que siempre llevaba consigo: las letras, el insecto pegado al papel amarillo, los kanjis ilegibles. Y al lado, entre otros papeles, las galletas museo, los dos paquetes que la mantendrían en el aire, o al menos riendo como a él le gustaba. Y sus ojos, Dios, y sus ojos! Cómo quería aspirar el humo mientras miraba la horizontalidad de sus ojos brillantes.

A él no le gustaba drogarse, siempre quiso dejarlo claro, pero creía llegar a un estado similar, o superior, cuando veía que ella lo hacía. Ella no lo supo hasta que se lo contó de pasada, mientras mordía la cabeza de un elefante sin piernas; menos drogada, pero igual de volátil. Entonces, avisándole con segundos de anticipación, ella lo mordió en la espalda, y le indicó que su colección de galletas animales se había terminado, y suspirando profundo, le dijo al oído:
- Ok, ahora te toca a ti…
Parecía que sus palabras jugueteaban en su cabeza, armando escenas extrañas, líneas de texto resumidas pero excitantes. Él trató de descifrar, de sugerir formas de redondear: pensó, por ejemplo, que le tocaba ser una galleta, aunque también creyó que era su turno de drogarse con ella. Al final, nada. Él fue y tomó un paquete de museo, un paquete vacío, la quedó mirando como esperando algo más que una frase suspensiva, y entonces ella masculló algo así como bueno, entonces un gran Kuhen. Pero antes de poder preguntar a qué se refería, ella ya se ponía a bailar otra vez, ignorando la gran interrogante que había entre los dos. Casi automáticamente él dio la vuelta para ir a comprar más galletas. Antes de salir de la habitación escuchó algo así como “al principio todos tienen miedo de enamorarse”. Pero él no estuvo seguro si realmente fue ella o su propia cabeza, por lo que no hizo caso y salió corriendo a buscar el siguiente par de paquetes.

Ahora, seguía corriendo para llegar a tiempo, de vuelta con el encargo que, a su entender, realmente era una orden autoimpuesta. Mientras tanto, de sólo pensarlo, de sólo imaginar animales para morder o guardar, ella reventaba de felicidad otra vez. Él seguía pensando en fumar el cigarro que nunca fumaría antes de llegar, y, claro, simplemente quería disfrutar. Disfrutar la sesión interminable, y los ojos horizontales y brillantes de ella cuando llegaba al corazón de la galleta hipopótamo, su galleta favorita...

jueves, diciembre 11, 2008

dor-mir

El cansancio me agobia. Un poco, no tanto como para impedirme el despertar, las pantuflas, el mail, el desayuno, la ducha, el metro, y mis canciones tristes sonando Quilpué y Viña del Mar. Todo sigue. Bueno, el cansancio nunca impide esas cosas. Pero desperté mejor que ayer. Debiera suspirar al decir eso, pero bostezo con la cabeza ladeada. Será porque hora está amaneciendo nublado, y lo agradezco, pero los pájaros de al frente siguen cantando como si nada. Siempre cantan como si nada, como si llevaran vidas parejas, planas. También pueden entonar melodías tristes, pienso.

Bueno... en las noticias hablan de Madonna, menos mal que ya pasó su concierto. Ahora cuentan de unos niños que se quemaron en una piscina. Mal. Estoy en eso, escuchando, y de pronto recuerdo que es jueves, esto de las semanas cortas es un buen regalo. Los mp3 de mi celular no han cambiado en una semana, y no pretendo cambiarlos tampoco.

Hoy debiera ver Manhattan. Ayer intenté verla, pero era tarde y tenía que dormir. Vaya, quién lo diría: dor-mir.

jueves, diciembre 04, 2008

no me digan que no si sí


Bien, me acabo de dar cuenta que ando con un sólo calcetín, el otro pie, el descalzo, está frío, en pelotas (un pie puede estar en pelotas?), enrollándose, encogiéndose, haciendo ruidos en la alfombra. Me di cuenta de eso y que me quiero fumar otro cigarro. De hecho ya lo prendí. Mañana es viernes, pasado sábado, y pasado pasado, domingo. Ah, y el lunes de yapa que nos da el calendario. Debiera ver alguna película. Hace un rato terminé de ver Persepolis, y bien dicho que había que verla. Tanto tiempo que estuvo ahí, encarpeteada.

No sé, hoy se me ocurrió que podría ser el séptimo beatle (son cuatro, más Empstein, más Martin, y parece que no hay más, o parece que sí), o el octavo si es que alguien se me adelantó. O el noveno, o el décimo. Como el profesor rossa, quiero darme un lujo. Estoy en todo mi derecho (que justamente es mi pie descalzo).





domingo, noviembre 30, 2008

Annie Hall para después del desayuno

A ver, se suponía que vería Cassandras Dream, pero me atacó la idea de ir por cronología (a veces soy tan maniático y ordenado): empecé por Annie Hall (1977). Hace tiempo la vi en el cable, una tarde de domingo (la tendencia a acordarme más de las cosas que hago los domingos está muy relacionado con esa sensación asquerosa de la cercanía del lunes). Y si mal no recuerdo, creo que en ese entonces la agarré desde la escena de las langostas en la cocina, y de ahí fue tirarme, pasar un buen rato y disfrutar. Fue hace mucho, en conce, en una situación contextual muy similar a la que vivo ahora. Me da la impresión que fue con esa película que yo sentí de verdad que el cine, los libros, las canciones, las fotos, el arte en general, sí puede ayudarte a aclarar ciertos rincones oscuros de tu vida, pero cuando te llegan en el momento indicado. Es decir, no vienen a cambiarte nada, pero sí a encender algunos focos apagados del camino que vas recorriendo en una situación equis. Por lo mismo hay películas que no debes ver cuando estás feliz, u otras que debes pasar de largo si estás triste. En este caso es un poco de los dos, pero a la larga, precisa.

En fin.

Siempre me quedo con las frases finales de libros, películas y canciones. Esta vez, que me esforcé en recordar las de la mitad, o del comienzo, me pasó lo mismo de siempre, así que me rindo. Y si bien no es la frase más genial que he escuchado en lo que a relaciones se refiere, me parece tan sencilla y verdadera, que quisiera compartirla:

"(...) y me acordé de aquel viejo chiste, del tipo que va al psiquiatra y dice 'Doctor, mi hermano se ha vuelto loco, cree que es una gallina.' Entonces el médico le contesta 'Por qué no hacen que lo encierren' Y el tipo dice 'lo haría, pero necesito los huevos...' Bueno, creo que eso expresa lo que siento de las relaciones personales: son completamente irracionales, disparatadas y absurdas. Pero creo que las seguimos manteniendo porque la mayoría de nosotros necesita los huevos..-"



AM

Son las seis de la mañana y ya empieza a entrar un poco de luz por mis cortinas. Estoy bajando Cassandra's Dream (de woody Allen, a pesar del nombre no es porno), prendo el último cigarro que me sobró de anoche (ante noche? ya me confundí), y Mark Anthony (el latin lover que, extrañamente, de un día para otro llenó conciertos en Chile) canta "Quiereme, Quiereme!(8)" en la fiesta que tienen mis vecinos de departamento. Mañana es hoy y ya estoy pensando en qué desayunar, en qué almorzar. Ah, y para darle el cierre de cuento Disney, los pájaros del árbol de al frente ya cantan como festejando la buena noche que tuvieron. Eso.

domingo, noviembre 23, 2008

Tibieza de domingo


Mi respiración se está calmando de a poco. El ritmo de sensaciones solitarias no tiene porqué ser tan malo, pienso mientras acaricio mis tobillos desnudos. O vas, o vienes, pero los pies y la cabeza se mueven, sea como sea. La actividad empieza a derretir esos hielos autoimpuestos, y una brisa va colándose por debajo de la puerta, lo que hace que muchos de los aromas que se han quedado dando vueltas se empiecen a disipar, descontrolados, juguetones. La gente en la calle sigue danzando en medio del humo blanco que llaman vida, siguen caminando como si en sus días nada fuera tan importante como existir. Y yo los miro sin escucharlos, pero ya no paso de largo. Mi vida también puede ser como la vida de ellos. Tengo en el punto central de mis ojos un ardor que comienza a perderse, mi terquedad se diluye, y los sueños que pude tener van tomando las riendas de mis otras versiones, de mis existencias paralelas. Le doy volumen a mis canciones favoritas y mis ojos parecen del doble de su tamaño.

Comienzo abrazando una, dos, tres veces, sosteniendo entre mis brazos la paz y su silencio exquisito. Y ahí, entre tanta historia, entre tanto sonido céfalo, es como si un aplauso tímido sonara por entre las personas, muy a lo lejos, en la calle, entre mis vecinos, en la fila del supermercado. Un aplauso que no me da la cara, pero que le da más sangre a mis venas, porque es un aplauso para todos, para el mundo. Y doy las gracias. No puedo pasarme la vida gritando melancolías a modo de quejas. Pegando fotos en las paredes, fotos que ya no tienen que estar pegadas. En fin. Sonrío... lo hago porque hay sonrisas que son para mí, personas que me quieren, que me aman, personas que, incluso, aún no me conocen, pero llegaran a conocerme en algún momento, en aquel instante misterioso donde esas sensaciones solitarias se juntan con otras, armando collages, queriendo ir para un lado donde pegue menos el sol de verano, pero menos, también, el frío del invierno.

viernes, noviembre 14, 2008

reunión de pauta

La cosa se presenta así: un bar en una esquina del centro, una mesa al aire libre, dos cigarros humeantes en dos inquietas manos. De pierna encima, y de cabezas cansadas, dos personas conversando, discutiendo temas, disparando barbaridades. Están tirando rayas en papeles arrugados, rascándose la cabeza de tanto en tanto, y cerrando los ojos para aclarase. Dos personas comunes y silvestres, cuatro ojos mirando al cielo, los mismos cuatro mirando el suelo. Dos ideas luchando, dos luchas que quieren generar ideas entre el humo. La escena es esa, ¿ok?. El semáforo da rojo un poco más allá, y de pronto está todo silencioso. Ellos, el par de tipos del bar, el par de ideas luchando, siguen en lo suyo:

- Ya, acá tengo una: "el primer viernes del resto de mi vida", algo así, ¿qué te parece? Emotivo, bien de campaña del gobierno.

- hum, tal vez, "el primer viernes nublado del resto de mi vida soleada", cachai. Estás siendo muy amplio con MI VIDA.

- ¡Muy cursi!. O sea, bueno si quieres hacer vomitar al que lo lea. El sol siempre me ha parecido cursi. Muy extendido, además.

- Entonces pon "un viernes de porquería, con alegría". Hasta rima.

- Es que tampoco es eso. Va más allá, un poquito más allá.

- "La primera mañana nublada de el resto de mis tardes luminosas". ¿Qué tal?

- Sí... Oye, sorry, no te puse atención, hay un tipo allá, en el edificio de al frente: ¿es cosa mía o se quiere tirar?

- Qué... ¿allá? no creo, tiene una cuerda, debe ser de esos que se tiran y hacen deporte extremo en la urbe.

- Me carga el deporte extremo. Lo encuentro engrupido: "oigan, vean qué arriesgado soy escalando estas montañas, y tengo barba y músculos y me conecto a full con la adrenalina. No me sumo en la rutina diaria"... que la chupen.

- ¿Sigamos?

- Mira, ayer me encontré este papel tirado... ¿te leo lo que dice?

- Weón, estamos en algo, concéntrate.

- Es cortito, loco, te va a gustar. Mira: "A veces el mundo da una vuelta completa, y cuando llegas al principio, al punto de partida, ves que todo ha cambiado, que nada sigue como antes. Y está bien; es fuerte, te quema darte por enterado de esas cosas, pero de verdad está bien. La mirada panorámica es agotada por miles de supuestos, y ahí, el motivo, el gran y absurdo motivo, se yergue completo queriendo reafirmar que lo que creíste vida no era más que una de las tantas versiones de ella, o un sueño atropellado por las circunstancias. Por que las cosas reales, si bien pueden dar paso a otras mejores, no merecen ser reemplazadas tan a la rápida..." Bueno, ahí se corta la hoja, ¿qué te parece?

- Super lindo... ¿sigamos?

- Chucha el weón amargo, por la cresta...

- No es ser amargo, estamos trabajando. Además, no estoy de acuerdo, qué quieres que te diga. Todo el mundo tiene derecho a reemplazar lo que quiera, aunque sea a la rápida. Somos seres libres.

- Ok, ok, no es para que te pongas así tampoco... al final yo...

- ¡Weón!

- ¡Qué.. qué pasa!

- ¡El loco del edificio!

- ¡Conchesumadre!

- ¡Conchemimadre!

- Ahí tienes tu deporte de la urbe, loco ¡el tipo se colgó!

- Extremo. Extremo a cagar. Fíjate. se aseguró con todas las posibilidades: si se cortaba la cuerda, se reventaba ¿Tienes la cámara?

- Toma...

- Genial

- Já, "La mirada panorámica es agotada por miles de supuestos"

- ¿qué cresta quiere decir eso?

- El papel, una parte del escrito del papel que te leí. De pronto me imaginé la foto del loco ese con ese slogan.

- Idiota.

- Weón, me inspiré. Tengo una idea que contarte, te vas a caer de culo. Pero primero, otra chela.

- Que sean dos.

Ahí la cámara se aleja, se pierde en las nubes, y el fin sería con letras media transparentes. En bold, puede ser. La lluvia de pescados, el león con dos cabezas, y el ahorcado cantando, quedaría pa los créditos

miércoles, noviembre 12, 2008

última hora!

En Egipto se descubrió una nueva gran piramide!

¿Qué descubrí yo?

Descubrí...

lunes, noviembre 10, 2008

Under Control - The Strokes ( Vitiwi Version)

Vita hace videos, y yo no tenía idea; locuras de ocio extremo que de transfondo tienen...eh, música?. Yo también hacía videos, pero cuando tenía cámara. Entre compartir youtubeos, aparece este clip que lo encuentro notable. Y permisos concedidos, acá va porque se lo merece (como si aparecer en este blog tuviera merecimientos:


reality show

Hola, soy de la octava pero vivo en la quinta hace casi cuatro (854, já!). La escena es la siguiente: estoy cagado de sueño, me tomo un café cargado, afuera aclara el cielo, y por allá canta el mismo pájaro de siempre... Ah, y es lunes. ¿Qué tal?

jueves, noviembre 06, 2008

reporte de un tipo triste, sin pareja, y deseoso de fumar

Según la carta sinóptica, el cielo está nublado desde hace días, y la porquería no piensa cambiar; el pronóstico indica que mañana estará igual, y así, con nubes y algunos chubascos locos por ahí, por mucho tiempo más. Se le recomienda abrigo, unas buenas películas para ver acostadito, y uno que otro aperitivo para disfrutar en el intertanto.

Eso ha sido todo, gracias por su atención, y desde este momento estamos autorizados para transmitir programación para adultos. Hasta mañana

martes, noviembre 04, 2008

los ecos sordos

a los pasos de hora, a las horas con pasos, loco. Ya son varias las tardes y las noches sin decibel que merezca la atención. Y así, cuando la soledad es un estado duradero (con forma, aroma, textura, pero sobre todo con forma), cuando el frío te cala los pies descalzos, cuando no quedas más que tú mismo, un té tibio, y la madrugada; justo ahí, en ese preciso momento, el silencio puede escucharse con nitidez. Y es agudo, ¿sabes? es agudo y constante, no puedes ignorarlo. Sobre todo cuando ignorar significa quedarte suspendido en la nada.

Ah, de pronto es todo tan eterno, tan llevado a mis tiempos espesos, que podría dibujarme dentro de los propios miedos, sin salirme de los márgenes, sin repasar los bordes, y sobre todo, sin llegar a desconocer el resultado.

Y a veces cuesta: todas las piezas son habitadas por un grillo, y en cada esquina dos ecos secos me siguen después de las doce. Y yo hago como si nada. Sigo los pasos de hora, y a la hora con los pasos, nada más. Justo cuando el reloj se muestra cuerdo, yo me desquicio un poco, y me pongo a dormir. Por suerte los ecos son sordos, me digo, aunque no sé hasta qué punto.

viernes, octubre 31, 2008

Paréntesis




"hay personas que están hechas del mismo material de los sueños; llegan a nuestra vida... y se quedan por el tiempo que dura el sueño."


Tan sólo por esta frase, que de cursi tiene lo mismo que de verdadero, ya vale la pena ver esta película. Ahora volví a repasarla en un contexto que se me hizo mucho más familiar.

Levantarse a las 7:30 am (en un día feriado) da para mucho, señores.

jueves, octubre 30, 2008

así por ser

Haciéndome cargo.

miércoles, octubre 29, 2008

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aún así, aunque cualquier manera punzante, aunque cualquier ritmo en las palabras, aún así, las ganas de escribir están, y van en tu misma micro, al lado de todos los poemas que se puedan escribir. Pero, a pesar del cansancio, yo no quiero cerrar los ojos, sino todo lo contrario, poner cinco atenciones sobre la mesa, y cinco inspiraciones más para los días que se han de venir. El que sea número impar no dice nada, como nada dice que la nada sea lo que todos dicen que es. Pero, well, que es un mundo extraño, y esta noche de perros ladrantes (?) el peso en mi espalda, muy de pensamiento solitario, es inusualmente superior.

martes, octubre 28, 2008

Etiquetas de esta entrada: por ej., motocicletas, vacaciones, otoño

Escribo para variar. Para variar, escribo. Hay bajo mis pies un río que corre y que, paso tras paso, suma torrente a sus aguas. Y no tan sólo eso: hay bajo mi alma una ola gigante que desea estallar en mis superficies, para despertarme, para darme fuerzas con sutiles patadas en el culo. Y yo, acá, escuchando mis dedos que crujen, que florecen en sangre. Y escribo. Escribo como si los destinatarios, todos, estuvieran acá, respirando en mi cuello, enterándose de mi vida, ocultos tras el botón de envío, pero con sus cabezas a la vista, riendo de lado, bailando al ritmo de lo que voy sintiendo con los presentes capítulos. Y yo que levanto mi vista, me muerdo la boca por dentro, y sigo escribiendo. Para variar.

lunes, octubre 27, 2008

fauna de oficina

domingo, octubre 26, 2008

martes, octubre 21, 2008

merecimientos en cajitas de veinte comprimidos


Mis brazos caen bordeando mis piernas, y mis piernas, firmes al suelo como raíces, a su vez sostienen mis brazos cansados. Así no más, el desgano momentáneo me entrega a la suerte de mis gravedades instantáneas. Pero qué, pero cuándo, pero dónde. Pienso en no pensar, y en pensar eso se me van las horas en elegías sabrosas. Nada que ver. Un paso adelante, otro al lado, y me deslizo suavemente, como pinguino, cuesta abajo, dejándome caer en acantilados congelados. Las decisiones pesan, y de esas cargas no te libras con ayuda: te las llevas siempre, te impulsan o te hunden, pero se van contigo. Y sigo. Las velocidades son variables, y al pasar las escenas se muestran nítidas, listas para fotografiar, para archivar entre los recortes más disparejos y amarillos. Hay tanta geometría, tanto rectángulo vicioso (no sólo los círculos lo son), tanta forma absurda en las historias, que absurdo quiere hacerme crepitar en ellas.
Me deslizo, porque es lo que debo; me dejo caer, porque no me queda otra, porque soy culpable, porque soy la víctima, porque soy un puto ser humano, y porque la canción lo dice. Entre la gente no hay aplausos ni entendimientos absolutos, hay simple comprensión, pero todo va bajo un velo de silencio hirsuto que me hace levantar la altura en las miras, y de puro jodido que soy, no más. Es en esos estados de atención silente es donde me detengo, pero lo hago sin dejar de moverme, porque si lo hago, me congelo, me muero, me desintegro, me derrito. En eso quiero ser dacroniano, terrícolas. Voy a pestañear más a la defensiva, voy a mirar con lujos para retomar los detalles. Y creo en esas cosas con tanta convicción que me atemoriza entenderlo al cien por cien. Pero sigo avanzando (o retrocediendo, según dónde se mire la escena), y hay tantas metas como partidas nuevas al frente. Yo quiero levantar los brazos, aferrarme, frenar, ver bien qué sector tomar, darme el tiempo, elegir... pero estoy cansado, y el camino, y su fortuna, y sus baches, en estos casos, en estas copiosas lluvias de confusiones, son implacables conmigo, contigo… con cualquiera. Pero los merecimientos están a la vuelta de la esquina, y ahí algún viejo lo entregará al que pase, ¿no?
Mientras, la canción, una de tantas, sigue sonando, y yo cierro, y yo aseguro, y yo me tomo otro sorbo de un jugo de peras en polvo. Y la vida continua, dijo el cursi.

jueves, octubre 16, 2008

Number 9



Ya, te cuento: hay un tornado a metros mío, ¿vale? Un tornado, un torbellino violento de aire que gira sobre sí mismo y que se extiende desde las nubes hasta la superficie terrestre. Uno de los típicos. Según me fijo, es el más destructivo en años. Lo compruebo a simple vista, mientras escribo. La gente corre, se esconde bajo tierra, grita, y en el camino varios terminan muertos, desmembrados ¿ok? Atrás hay nada, y al frente, todo. Ese es el escenario. Y yo observo inmutable, de pie, contemplando lo incontemplable, sabiendo que puedo morir, o revivir, tras la tormenta. Algo así. Y me aferro con fuerzas a la esperanza, y a las opciones clavadas que existen al alcance. Digo ¡qué más me queda! Entonces un destello fuerte me distrae: al otro lado está ella... el vórtice gris me deja vislumbrar algo: su rostro pasivo, pálido y angelical; sus manos. Y yo, tranquilo, porque sé que puede salvarse sola, así, tal como yo puedo esconderme tras algún roble viejo y salvarme también. Pero no, para qué, el tornado tiene que pasar por sobre mis desesperaciones, es su obligación, ¿no? Los escombros deben atormentar, desgarrar, para dar paso a otro estado. Al parecer ella también espera que la destrucción creadora pase por su cuerpo. No me preguntes cómo lo noto. Una seña puede ser. El punto es que la idea no es esconderse, ¿entendido?
Pero todo sería mejor con sol, me digo, me dice, nos decimos, mientras el cono de basura ya está por alcanzarme, y el astro rey (que de rey tiene nada) no quiere aparecer, porque las nubes son espesas, como espesas son las lágrimas, la melancolía, y tantos sentimientos indescriptibles en el momento previo a estas muertes, a estos finales. ¿muertes? Es una forma, nada más. Una forma.

Bueno, de pronto, Kaboom!, el tornado se divide en dos. Un par de vórtices, unos gemelos destructivos ¡¿Puedes creerlo?! El par de brazos gigantes recorre caminos paralelos, y va calando, erosionando, como si alguien los dirigiera, ¿ok?. Es uno para cada uno, ¡Claro! Para ella, para mí, para los dos.

Cinco metros, tres metros. Y yo ahí de pie. Cierro los ojos, todo se vuelve borroso, todo se vuelve fotografías desenfocadas; una tras la otra, una tras la otra, una tras la otra. Escenas ¿ves?... y del ruido al silencio total que, de pronto, me lleva a algún lugar con arena blanca.

Línea. Horizonte. Nubes. Cielo. No sé, aún no puedo ver todo. Tengo espinas clavadas en los brazos, en el pecho, y eso me tiene ahí, ¿me explico?. Pausa, así me quedo... Pausa total por un tiempo indescifrable.

Pero, basta, ¿no? Me convenzo y abro los ojos lentamente. Observo. De pronto una silueta se asoma, y me doy cuenta... y cuando me doy cuenta, nada pasó, y el cielo soleado empieza a nublarse otra vez. Habrá que esperar morir de nuevo para entender que estas cosas, que estas sensaciones, no se manejan con lógicas preestablecidas. Eso es lo que me digo ahí,¿se entiende? Pero, bueno, si uno tuviera la certeza la usaría quizás en qué. Si no, no me pasaría estos rollos.

Ahora, dime, ¿qué te parece? ¿No es lo más bello que te han contado? Si no lo es, avisame ahora, que no quiero seguir esperando tornados para sentirme vivo.

miércoles, octubre 15, 2008

loúltimoymejorquehevisto:

Cashback



Trailer:



Before Sunrise



Trailer:



(...y nueve años después)Before Sunset



Trailer:


Once (tremenda)



No es el trailer, pero es uno de los temas, y escenas, principales pa'mi gusto:



Cafe Lumiere



Trailer:



Flight of the red Balloon



Trailer:

martes, octubre 14, 2008

Métodos abreviados

Así no más
Las tres de la mañana
La gran costumbre
El primer texto corregido
El gusto de saberlo
(y el disgusto de enterarse)
La primera mañana sin luz
La primera tarde con sol
Y pensar
Y volver a pensar
Y aburrirse de pensar
La inspiración
La expiración
Las películas
Las canciones
Con más películas
Con más canciones
Y a la conchadesumadre

Y todo sigue igual
Y todos siguen con lo mismo
Y bien que así sea (me dicen)

Nada de nada, lo que nada quiera, que nada sea.
Eso digo, eso dicen, eso escribo
Dicen, cuentan, replican

Hoy me cago de sueño
Mañana quién sabe
El café está cargado, y es la idea, huacho
Es la idea que nadie entienda.


Entonces, son veintiocho puntos de descargo (o de registro).

martes, octubre 07, 2008

arde, arde, EL BOLICHE!


Debo pensar en cómo armar las piezas, en cómo disponer las cartas (en blanco, claro) sobre la mesa de madera (en blanco, claro). Esta idea de autoeditar algunas de mis historias, me tiene ahí, sobrevolando (no sobrevalorando, aunque podría discutirlo) mi propia cabeza; a centímetros pocos, y a unos cuantos de más. Es tanto lo que hay, lo que anda por ahí, que de hacer lo que quiero tendría que dedicarle noches y mañanas; días completos de ideas e imágenes pinchándome por dentro; de ojeras y ardores varios; de citas, cartas, insomnios, mañas y cañas.

Me gusta.

Estoy seguro que también le va a gustar a otros, a otras,a otraos, y asdfrt varios.

Eso sí, aún las nubes no forman nada. Veo, y son simplemente eso: nubes. Pero empiezan a salir manos, y de las manos a tomar forma, y de las formas a los bocetos de lo que quiero mostrar, y de ahí a la carpeta transparente (la que está bajo los vhs y algún viejo cable usb sin uso).

Y allá lo veo. ¡Y allá lo vas a ver tú, te dicen!

(¿pero?) Pero voy a tomar tiempo, ron, y coca-cola. Pero voy a seguir con botas para no hundirme en el fango de letras (sopa, fango, da igual). O al menos, si me hundo, la idea es no ensuciarme entre los dedos. No me preguntes porqué. No todo tiene respuesta, lector(a) espacial.

Hoy, mañana y pasado; el viaje y los cuatro años; los textos (lostextosylostextos)una cuestión de redes, el amor, y otras tantas bandas... y qué cosas, ¿No?

Pero ahí va la vida loca. Entre todas mis ideas (que de buenas sólo tienen la idea que lo son), le doy vuelta al asunto. Y voy queriendo más de puro querer, porque así soy yo. No por inconformismo; no por complacencia barata (bueno, tampoco es cara). Cómo podría ser algo así: son años de experiencia en el campo de lo absurdo. Hay magísters de por medio. Además, no es tan clara la cosa como para andar escribiendo cosas así. Uh, dije cosa dos veces (hay una película que se llama La cosa).

Ah! hoy, un gato negro se me cruzó en la calle. Y yo le dije, oye, gato negro de la malafortuna, tómate la leche. Pero iba solo y me dio risa. Sobre todo porque no lo dije, y simplemente lo mascullé y el gato se fue corriendo como loco, y yo encogido de frío.

No hay caso: me hago tanto reír.

Y así mi cabeza en varios lados. Y así con la autoedición.

jueves, octubre 02, 2008

un día jueves


Qué pasa Juan, harto otra vez?

miércoles, octubre 01, 2008

Título de blog

Arroz con salchichas, arvejas, choclo, porotos verdes: mi almuerzo express de hoy (nunca como el puré en sobre de ayer, pero qué onda).

Igual, afuera hay sol. Bien por eso. Aunque alguna vez hubiera vomitado al decirlo, ahora tiene sentido, la primavera anda media esquiva.

Y adentro, hay pereza (flojera, paja, ganas de nada, a la chucha con todo, cámara lenta... cá-ma-ra-len-ta), y voces por todos lados, por todos. Me tomo una coca individual y la hora, y la hora. Termino los minutos viendo el precio de los pasajes a lugares varios del mundo. Me deprimo, me conformo: o espero años, o ahorro, o me gano el kino, o descubro la cura de la fosforescencia patológica de los patos-gatos. Sino, encalillarse, como buen clase media que soy.


¿qué más?

Hoy escribí un cuento en la mañana, un cuento completo, redondo, bien formado. Bueno, diría yo que salió bien. A ese nivel, cachai?: bien, correcto. Ni más ni menos. Es bueno subrayar esas cosas, decírtelo tú mismo, sobre todo porque escribí a las siete veinte AM, después de desayunar, o terminando de desayunar... tomando el té tibio, casi helado, escuchando a lo lejos los buses pasar, y esos minutos que te cagan la mañana. Porque en la semana es así. A no ser que descubras la cura de la fosforescencia patológica de los patos-gatos. Qué wea, ¿no?


pero bueno


he escrito harto. he revisado harto. he planificado harto.

Rica la wea.

Ah, y escribo porque sí. así, liberando, liberando. ¿Liberando qué? Fósforo va a decir alguno...

martes, septiembre 30, 2008

lo que dije cuando hice AQUEL gol!


Tómense la lesssssheeeeeeeeeeee!!!!!!!!

martes, septiembre 23, 2008

Rayas

Declaración "Juliá" número... eh
Esas declaraciones son mí manifiesto sin serlo siquiera.




Hasta que
Hasta que me aburra será...



En estos días (respuesta)
Silvio dice algo, yo le respondo... pero Silvio es grande, y yo soy un enano.





123

Del uno al ciento veintitrés, siguiendo la forma.




El sueño de la ballena-caballo


Soñé que estaba al borde de un río. Soñé que miraba el agua y esperaba que saliera una ballena con cabeza de caballo. No sé cuál era la idea, pero me tinca que quise controlar el sueño, y por ahí salió esa mutación extraña. Era un río, no era mar, pero igual: resultó. La vi tan de cerca que... Bueno, a metros mío engullía una persona. El sonido de los huesos humanos al romperse era de escalofrío total. Y yo la veia perderse de repente, la ballena se sumergía en el agua agitando incluso el aire, y yo ahí despertaba, y a medio abrir los ojos, un papel, un dibujo, y salió esto... después lo demás que no me acuerdo qué era.

lunes, septiembre 22, 2008

deshoras



Soy de esa forma humana que no se puede llamar forma en el sentido estricto de la palabra. Al menos no en automatic. Aún así, soy, eso es lo importante. Pero hombre soy. Pero hombre con historia, con prehistoria. ¿Hombre de las cavernas?

No, hombre de Cromagnon hacia arriba.

Es que soy no más. No voy a venir a decir que soy un superhombre con sangre bullente, bolas de plata, y ojos con fuego. Es más, entre todo el destello dejo pasar muchas cosas de pura flojera. (y entre el ruido la lluvia otras tantas). Y soy, con lo poco que creo ser, un ente enfocado en mis pasiones desnudas y egoístas; soy, y en todo eso que soy, trato de ser para mejor. Y trato con ganas y me muerdo la cara por dentro y me quedo dormido en el baño. Pero ahí estoy rescatando lo que se deja de lado, lo que el neomundo moderno deja de lado. No vaya a ser cosa, oye. No vaya a ser cosa.

Y tantos miedos, ¿cierto? Uno dice que es rico decir, pero como es redundante, digo que es piola valorar, tomar en cuenta tus miedos. Pero sino, los inventas, los dibujas, los escribes, los revisas, da igual. Yo dibujo, escribo, yo reviso (entre eso, más escribo, más dibujo). Pero no. No es gracia que me crean silbando melodías desinteresadas. No es gracia por que si al menos fuera verdad. Y me emborracho a menudo por que me cuesta controlar la conversación seca; y en cada gota madrugadora hay un espejo venoso; y ahí te ves, pero ahí te cortas también. Te rebanas los dedos con la suavidad, con la puta suavidad que arde.

No.


Y qué agradable que es el sufrir, ¿Ah?, y qué sabrosa que es la propia sangre que llega a tu lengua. A rato. A ratos. A ratitos. De todas formas, no te soportas una vida en eso, ni cagando... A todo esto, aún pienso si la sangre ajena tiene el mismo sabor.

Soy forma, pero la pierdo a menudo, es eso. Tengo gente, la gente también me tiene, y ahí tenemos relaciones que duran porque no podrían no trascender. No es necesario que ellos me entiendan por completo; para qué si en eso me doy por vencido hace años(En realidad es "me di por vencido"). No es necesario sentirme parte de sus vidas en la totalidad. Para nadie, creo yo, qué paja. Por completo soy lo que creo ser, y si soy eso que siento... ya lo olvidé. Pero lo que se dice, lo poco que se dice, que me dicen, que me escriben, se acerca bastante a mi jaula. Acá los fierros son delgados, y todo está listo para cubrir, para dejar ver, para tener todo a la mano, para dejar entrar cuando es necesario. Pero de tanta forma que se pierde, no vaya a ser cosa, oye.

El sentido estricto de la palabra modera comentarios y edita las entradas. Pero a estas horas no me pidan más.

martes, septiembre 16, 2008

Tiquitiquití!

Son varios los dieciochos vividos, son pocazos los recuerdos que tengo. Ahí, por decir algo, tengo escenas avanzando por los suelos con aserrín; allá, tirando argollas en las botellas; acá, peleando con una empanada jugosa; y más al fondo, una china agitando un pañuelo mojado con vino.

Entre las felicidades de un país alcohólico - pero simpático - entre la técnica para la cueca (al más puro estilo Lagos Weber), nuestros hermanos bolivianos sufren los golpes de la oligarquía asquerosa. Y el gas, y los pueblos indigenas, y el 75% de un país que se defiende como puede. Hay un huracán que se repite, y me duele decirlo... chiste repetido sale podrido. Pero el pañuelo sigue agitándose, a pocos parece importarles ver las piedras volar entre el humo, menos si es en el extranjero...

Avanzando en los días, miro el destello de luz entre las banderitas de nylon, y listo, que las cumbias empiezan a sonar por entre las ramadas sin ramas. Las cumbias y las cuecas de poncho tricolor, de botas lustrosas, de espuelas filosas sin una pisca de barro, pero con unas gotitas de sudor y sangre obrera. El canto quinchero de los señores de la querencia, peinados para el lado, y diciendo con la entonación graciosa del facho despreocupado, chita, pero chitaaaa que esta linda mí tierra. Su tierra que es nuestra, su tierra que es de todos. Y más allá, tras bambalinas, el verdadero chileno y el chile verdadero y el verdadero sentido de serlo. Pero serlo es en estas fechas es tejer chauvinismos gruesos, asfixiantes como las cuecas, apestosos como el disfraz de folklore que con tanto gusto se zapatea; como los timbrecitos patronales que van haciendo de los dieciochos más galantes un engendro de motivos para olvidar qué diablos significa vivir en un país como este: solidario, pero chaquetero; alegre, pero apocado; borracho, pero simpático.

Por suerte Víctor, por fortuna Violeta, por gloria los cantos a lo divino y a lo humano. A pesar de la contaminación cómoda de la globalización, la fuerza de esa identidad se resiste a perderse en los ecos de un festejo ensordecedor.


Aro, aro, aro, tiki tiki tiii, y salud!

martes, septiembre 09, 2008




"Creo que las canciones más lindas, las más maduras (perdónenme que les diga canciones lindas habiéndolas hecho yo, pero qué quieren ustedes, soy huasa y digo las cosas sencillamente, como las siento) las canciones más enteras que he compuesto son : Gracias a la vida, Volver a los diecisiete, y Run run se fue p' al norte."

Violeta Parra




Cómo me encanta esta mujer!

lunes, septiembre 08, 2008

Algodón con grafíto



No es melancolía destructiva, es algodón con grafito molido - dije o me dije -. Lo que pasa es que los días nublados nublan (valgan todas las redundancias posibles) y lo hacen nada más con los colores y los contextos asomados (no vale la pena aclarar eso de que hay cosas a la vista y otras ocultas. No vale)... y a mí eso de los colores siempre me ha pasado de largo - dije o me dije, un poco más alto esta vez -. Es más, podría aclarar que la ausencia de color, en ciertos segundos (tirando a minutos quizás), me hace mejor, mucho mejor que un "full-happy-color-explosivo" lleno de frenesí. Entre tanto color la cabeza se distrae en dolor, oiga - bajé la vista, bajé el volumen, bajé la guardia -. Los días nublados te permiten vivir en cintas blanco y negro, y ahí no se te escapan los detalles. Eso sí, esas cintas (8mm pueden ser) , apenas se viven se borran. Y bien que así sea - dije o me dije o les dije a ellos otra vez-. Insisto, no es melancolía con metralleta, es un AK47 de inspiración en la escala de grises - ahí cerré la mano, ahí me reí, ahí volví a levantar la cabeza, recuperando la guardia -. Es decir, importa toda esa teoría del color, todo ese manejo de los ambientes, todos esos deseos por tal o cual clima en equis situaciones internas, pero no nos vamos a hacer los dioses tampoco - ahí me reí, ahí me mordí la lengua, ahí se me quitó la risa -. Lo que hay se toma o se deja, y eso es tan humano como una lengua sangrante. Nadie puede ir en contra de esas cosas - dije de lo más serio y adolorido -. Y ahora que lo digo, nadie, el gran nadie, a esta hora duerme, duerme profundamente - ahí todos dejaron que dijera lo que tenía que decir de una buena vez... y lo dije -. Y como nadie puede descansar en el mundo frenético de la chatarra y el patetismo forzado - suspiré sincero-, escribo dormido, con los ojos cerrados, y las yemas abiertas, a ver si todo lo que digo, a ver si todas estas cosas cargadas de positivo y negativo van cobrando la fuerza que, dicen, tiene el raciocinio de los insomnes reflexivos.

¿Así era?

Así era poh. Ahora subo la entrada al blog y vuelvo a dormir. El público no entiende mucho y se retira del lugar... no sé si indignado, pero se va.

miércoles, septiembre 03, 2008

The real End


- ¡Ayayaisiiiiito, pueeh! ¡Señor Jesú, María y Josué! ¡Créame, mis hijos no están muertos! ¡Es más, viajaron al futuro y ahora son hermanos del fachito Zabaleta! ¡No me corte, putinga colorina de ojitos claros! ¡No me pinche con el cuchillo de la venganza, oiga! Mejor... muéstreme sus senossss, no ve que Dios me lo pidió... ¡Ayy, se me salió otra vez, no se me enoje, oiga!, Ayayaysitooo!!!

martes, septiembre 02, 2008

Loquillo


Les presento a mi jefe, Walter Lantz!

viernes, agosto 29, 2008

la número cinco, parece


Siempre llego a lo mismo, pero sigo con las declaraciones juliadas (curadas, juradas, culiadas). Anoche tuve un ataque de sinceridad poderoso con lo que hago, con lo que escribo. Fue bien extraño, tenía muchas ideas bullendo por los aires, pero siquiera acerqué el cuaderno para escribir. Era algo así como la invitación, pero sin la dirección; eso de "sé llegar, pero no sé cómo se llama la calle", ¿se entiende?. Ok, más de algo se perdió, pero algo más fuerte se dibujó en la penumbra del depto. Algo que me entusiasmó. Por ahí rayé las hojas finales de un libro que tengo (ése de edición 1932 que compré en El Belloto y que aún no me animo a leer y que no me acuerdo cómo se llama), pero sólo fueron citas de Parentesís, la segunda película que me repetí anoche (eso de que hay personas hechas del mismo material que los sueños, es la zorra).

En general, estuve revisando mis dvd, comiendo cabritas, tomando ron con jugo (ron con jugo po!), dando vueltas en lo de siempre y en cosas nuevas, y cuando fue la hora, la hora del señor responsable (de la querencia), me acosté a soñar con playas grises y personas sin cara. Fue notable, no el sueño, lo anterior: aunque este fin de mes me tenga con polillas en la billetera, pude darme un gusto como los de antaño, cuando era un ratón huraño que vivía encerrado en su mundo. Una rareza agradable.

Lo mejor es que eso de que tomar solo es para perdedores, perdió consistencia. Hacerlo no es tan depresivo como se dice (posiblemente me auto convenzo). No cuando armas tu panorama a conciencia, con antelación y dedicación. Dedicación contigo, obvio. Hacía tiempo no me sentía bien con lo que hacía, con lo decía, con lo que proyectaba en papeles. Me di cuenta que voy bien. Y aunque lo parezca, no es fácil darse cuenta de esas cosas... es heavy llegar a ese punto, porque puedes terminar pausando tus inquietudes, y no es la idea. Eso vendría siendo una muerte rápida; una decapitación con guillotina. Al final de cuentas, escribir puede salvar mi mundo (el mundo, el resto del mundo, lo salvan los que creen que lo salvan). No hay un discurso que cuidar; no hay de quien esconderse; no hay arengas a la sombra de nada. Todo está a la mano, a mí mano. Lo veo claro, lo veo TAN claro, como dicen en las películas malas. Hay de todo, los ingredientes están en mi mesa. Y en mi mesa están las personas que quiero que se enteren.

Pero no me voy a poner a llorar tampoco, si la cosa no es tan importante. Lo que pasa es que yo le doy importancia a todo (según muchos, más de la cuenta), y eso es otro asunto.

Para finalizar lo que siquiera tuvo comienzo, pasé varios minutos en la preselección de los cuentos para el Stgo en cien palabras de este año. Tres títulos que consideré ganadores, pero uno que sobresalía del resto. ¡A ese nivel de seguridad! Hasta ahí todo bien. Me fui a la página, ingresé el rut, copié el primer cuento y se cayó internet con esa exactitud Murphy del peor momento. De tanto pinchar el "send" me hizo enviar dos cuentos repetidos, y por lo tanto, perder una posibilidad más de ganar con el que, más encima, creía era el mejor de los tres relatos. Mala onda. Pa'qué tan mala onda, por la chucha. Pero filo, estoy bien, ese cuento quedará guardado para otra oportunidad. Aunque, conociéndome, cuando pase el tiempo lo más probable es que lo guarde como un simple recuerdo. Y los recuerdos no se van a concurso.

Esta fue la declaración número cinco, parece... (como si no lo supiera)

Hoy es viernes.

martes, agosto 26, 2008

Temperada de conejos... TEMPORADA DE PATOS!


Cuando una historia cotidiana, ambientada en un domingo caluroso de desgano simple - bien de clase media -, se transforma en una película fresca, divertida y con forma, te das cuenta que no estamos en una sequía de historias, como muchos dicen, sino que dejamos pasar las simplezas más ricas de la vida de puro giles que somos. Y eso se aplica, sobre todo, a los que andan por ahí lamentando sus vidas fomes, sus historias, según ellos, vacías...

Temporada de patos (inevitable no acordarse del pato lucas y Bugs "hijo de puta" Bunny) es de ese tipo de películas que en la realidad pueden pasarle a cualquiera, pero que en el fondo sabes que nunca sucederán. Es decir, no a ese nivel. Y es en esa contradicción, tan común también en los libros, donde te enganchas, te identificas, y terminas con una sonrisita al momento de los créditos. Entonces te estiras, te paras del sillón - o de la cama, depende -, y muy tranquilo te dices "buena, ah?", y la recomiendas como hago yo ahora.

Bájela o arriéndela, en serio!

Temporada de patos

Director: Fernando Eimbcke

País: México

México: 2004

Imagen y palabra, nunca al revés


L'enfant Terrible

viernes, agosto 22, 2008

Y no sé porqué...


Es viernes. Aunque llegué un poco antes a la estación, dejé pasar un tren. Al final me fui a la hora de siempre. Tontera. Podría decir que no pasó nada especial, pero algo rompió el recorrido trazado: el metro se detuvo a mitad de camino. Fue casi entrando al túnel del estero, a unos cinco minutos de salir de la estación Quilpué en dirección Puerto. Yo iba con fonos, leyendo las peripecias de Manuel y Gloria, y al detenernos escuché el murmullo típico de los grupos que se preguntan entre dientes, bien bajito, qué pasa. Yo también me lo pregunté. El pitido de los parlantes internos de la máquina me hizo sacar el fono izquierdo, esperando el mensaje "importante" que no tardó en llegar:

"señores pasajeros... eh... el tren se detuvo por el botón de emergencia... y no sé porqué"

"y no sé porqué". Otro pitido, el silencio y los murmullos otra vez. La gente movía la cabeza para lado y lado, como buscando explicación en algún pasajero traductor que dijera qué cresta quiso decir el conductor. "señores pasajeros, estamos a punto de estrellarnos contra una roca de granito del porte de un elefante gigante, marciano y repleto de dinamita.... y no sé porqué". Por ahí se escucharon algunas risas flojas. Otros seguían durmiendo y ni se enteraban. Unos segundos más y el tren, poco a poco, recuperó la marcha. Yo me puse el fono otra vez, retomé el libro, y me olvidé del asunto.

Eso pasó este viernes en la mañana. Hoy. Nada especial, repito, pero algo pa'contar, pa'ejercitar la mano, loco. Bueno, los dedos en realidad...

miércoles, agosto 20, 2008

martes, agosto 19, 2008

Mi gin Tonic

Hoy en la mañana, caminando por Libertad (suena linda la wea), venía escuchando a Calamaro, pensando en si había por ahí un clip nuevo pa'ver en youtube. El tema que escuchaba era Mi Gin Tonic, uno de los más "Calamaro" de su más reciente discacho, La Lengua Popular (con el gran Liniers en el arte del disco). Bueno, la cosa es que esa canción, sin ser una genialidad ni mucho menos, tiene aciertos bien rescatables que vale la pena apartar de las melodías pegajosas del chascón argentino. Eso de "Hay días para quedarse a mirar/ hay días en que hay poco para ver /hay días sospechosamente Light/hay un deseo que pido siempre que pasa un tren" se me hace tan sencillo, tan cotidiano, que, mínimo, lo silbas... Es casi una norma (al menos pa'mi) eso de tener días felices sin sentido; días que no sabes de dónde cresta salieron y que, si bien los disfrutas, son tan sospechosos como la sonrisa amarillenta de un político.

Al llegar a mi pega me acordé, busqué alguna novedad de "Calamardo" y fue piola darme cuenta que youtube tenía el clip del tema que minutos antes mascullaba entre dientes. Acá lo cuelgo pa'l que quiera sapear. Y para tenerlo en mi espacio, obvio.

martes, agosto 12, 2008

Declaración Culiá Número... eh... ¿tres?, ¿cuatro?



(atención: ciertas palabras van con link. No tienen necesariamente relación con lo dicho, pero bueh)


Yo no sé. Bah, la verdad es que sí sé, pero no quiero saber. O no quiero dejar en claro que sé. Un enredo bien grosero que entiendo yo no más. Hay tanto dicho. Hay tanto, tanto que decir. Podría llenar megas y más putos megas escribiendo de lo que se me pasa por el mate. Pero no... Aparte ni tiempo tengo. Y cuando tengo tiempo, no tengo computador. Cruel la wea. O tragicómica, según el día. A lo más ese cuaderno, que ya se perfila como bitácora sin sentido, recibe las más directas acotaciones, los mejores aciertos - según yo -. Como sea, a esta hora hace frío, tomo café -cuando nunca me ha gustado - y escucho The Doors un rato. Es martes recién, aunque cachando el feriado de esta semana, vendría siendo un miércoles falso. Me dieron ganas de una cerveza helada, una Corona podría ser, o una Escudo, pa'qué tan exigente. No es raro ese antojo, y eso que tengo la guata caliente con el café - y ya comienza la taquicardia que me provoca -.

Hoy, entre el metro mañanero - que venía más lleno de lo normal - leí una frase para recordar. Lo estúpido es que se me olvidó. Ahora, entre darme cuenta que mi memoria a corto plazo es una porquería, hago una pausa y hojeo el libro otra vez... "una canaleta tapada con las hojas se rebalsa", ya la encontré. No tenía la misión de ser metáfora, pero a mí me hizo mucho sentido darle esa labor. Es de "Diez noches de conjura", el libro-oferta que compré en la agónica librería "Contrapunto". Nunca caché el autor, nunca caché el libro, pero estaba a quina, y esas cosas no se dejan pasar. En todo caso, hasta el momento va bien. Por lo menos es fluido. Igual cabe decir que después de Los fusileros no hay mucho que hacer: la vara quedó bien alta.

Anoche soñé. Bueno, dicen que siempre uno sueña, pero que en el transcurso de la mañana se te olvida. Yo soñé con puros revueltijos de historias y personas, confusiones al más puro estilo Eternal Sunshine, pero con menos glamure y presupuesto. A lo Carlos Pinto no más. Producción nacional. Chucha, de verdad ya se me está olvidando. Algo de una casa que no era mi casa; algo de unas caminatas con amigos que no eran mis amigos; algo de una lluvia en conce que no era conce. Filo, ya se me le jué.

Ah, voy a enviar cuentos a Stgo en Cien palabras. Concursaré otra vez, qué fue! Aunque me hayan publicado el premio es importante, no me vengan con cosas! Tengo confianza en los nuevos breves que he anotado por allí. Un palo no es menor. Por unas cuantas palabras, mucho mejor. El de la puta, el de la gotera, el de la servilleta. O algún otro. Ya me daré el tiempo de revisar.

Qué más podría contar. Un, dos, tres -talla de anciano -. Es un hecho, hace tiempo no me daba el tiempo de teclear. Es agradable la sensación. Escribo todos los días, pero no tecleo sensaciones hace rato. ¿y de qué tecleo, señor locutor? El pasado, oiga... el pasado, el presente, o el futuro; la cercanía, la distancia, las amistades, o el amor. No quiero segmentar. pa'qué. Mejor mezclar todo y que la cosa fluya no más. Por ejemplo, ahora, que ya han pasado sus buenos minutos - escribo de a ratos -, suena Víctor jara con El arado. Será tiempo de cerrar, ¿no?

Esta declaración se volvió un desorden agradable. Ahora Víctor canta el cigarrito. Una broma musical, estoy dejando de fumar...

sábado, agosto 09, 2008

Temazo, nada más!

martes, agosto 05, 2008

Ojopiojo!

jueves, julio 31, 2008

El señor Q!


Cuando piensas que a este señor le viene la rehabilitación, agarra un fierro con una Q al rojo vivo y marca a sus enemigos como a las vacas. Todo un zorro, pero sin espada. No hay caso, El señor de la Querencia, el personaje más loquillo que nos pudo dar la "Tevé" nacional, viene a exagerar cualquier maldad conocida, y da lo mismo si te la crees; la exagera como los que saben, y terminas pensando "contrataría a este loco pa'darle un susto a mis enemigos". Pero pensar en eso con un personaje de ficción es más enfermo que el propio "Echeñique".
Su cara de hijo de puta - con calor, frente arrugada, y expresión de querer cagarse a cada instante-, es la más aplaudida por quienes disfrutamos el buen humor y los guiones imposibles. La filosofía del señor, a punta de huascazo, disparo y "mierda's" por doquier, nos deleita noche tras noche, haciendo que terminemos el día con una sonrisa de oreja a oreja. La misma sensación que te dejaba Tata Colores, pero con harto sudor más.
Frases de este simpaticón señor de patillas colorinas hay muchas, y el noble mensaje de trasfondo (siempre coronados con un buen MIERDA!!!) será una norma que muchos zorrones aplicaran cuando se pasen de copas en su propia querencia... por si les resulta: "Una mujer virtuosa no ofende a su marido porque ofende a Dios (mierda!!!)", "Muéstrame tus pechos... ¡ya pues! es una orden, mierdaaaa!", "Detrás de un hombre feliz, siempre hay una mujer que lo entrega todo...(mierda!!)", "¡Ella está poseida por el demonio. Arrepientase, el Señor sabrá escuchar!(mierda!!!)", "se terminó la fiesta, mierdaaaa!!!", y otros tantos versículos del manual de patrones de fundo (Piñera, dicen, tiene su copia autografiada).
Mientras, la historia continúa. Seguimos las aventuras de este locazo, a ver a quién liquida y de qué forma lo hace. Porque el "Patrón" sí que tiene imaginación para la tortura. Nunca repite sus formulas de asesinato, golpe y violación. Por eso lo queremos tanto, de puro loquillo que es.

martes, julio 29, 2008

Declaración culiá Number two


A veces no hay mucho que decir, esa es la verdad. Eso aunque aquello, bien en el fondo de las ganas, sea sólo una manera de plantear las cosas, porque siempre hay algo. Entre papeles, entre libros, o en medio de las canciones más escuchadas de la madrugada. Siempre, casi siempre, en paréntesis creados para salvar lo que no quieres soltar tan a la rápida; a vuelo de pájaro; a lo que salga; a lo que te dé el tiempo. Lo que sigue de ahí se verá, el paso siguiente es la voluntad, o una pizca más. Eso me lo digo a menudo. Por eso escribo, para no olvidarme de lo más importante. ¿qué vendría siendo lo más importante? Ni que lo fuera a decir en un blog.

Pero en fin, lector anónimo, hoy hay frío, buena música en el Itunes, y mucho que dibujar. Por ahora el reloj sigue avanzando, el mediodía se acerca, y tengo que ir al baño ahora mismo. Esas cosas son implacables, dicen; no puedes ir en contra de la natura.

Mientras, mire el cielo, oiga, mírelo con detención, en una de esas ve un pajarito loco que desintegra nubes a su paso. Sino, a la chucha no más, ya tendrá mejor suerte.

miércoles, julio 23, 2008

hasta cuándo


No me gustan las alarmas, y a las alarmas de mierda, me van a creer, tampoco les gusto yo.

viernes, julio 18, 2008

.

De pronto, en medio de una canción, retrocedí, avance y me puse en pausa; en eso, en los segundos que parecen horas, terminé pensando que soy un tarado. Llegué a esa conclusión. Así, de la nada, me vino una angustia profunda de la que me ha costado librarme esta mañana. Tengo una sensación de estar haciendo mal las cosas, o a medias. Una llamita interna bien jodida. Lo peor es que de ahí, a la pena, hay dos pasitos cortos. Los viernes nunca habían sido tan nublados. Es como si necesitara disculparme de lo que no sé, de lo que no he hecho. ¿Será que mis evaluaciones se abrieron más de la cuenta? A veces, entre las puertas y ventanas abiertas, entra más luz, pero también más viento. Tanto que tengo que entrecerrar los ojos para ver mejor. Ahí me doy cuenta, tomo conciencia de lo que tengo, de lo tanto que tengo. Tanto como he querido tener... creo que tengo que abrazar más, agradecer, amar, entregar, cuidar.

Mal. Pierdo el hilo conductor. Me desconcentro. Lo pernicioso a veces me ciega. Y es que estas cosas que me vienen de repente me hunden en pequeñas depresiones. Tengo, eso sí, la convicción de transformar esos estados en algo positivo. Es necesario cuando soy lo que soy. Por que éso es, lo admito, un tarado positivo con angustias invisibles, pero tan reales como los dedos que teclean estas letras.

Voy a esperar esta tarde, la voy a esperar con ganas. A ver qué pasa al final. En una de esas sale el sol.

jueves, julio 17, 2008

Declaración Culiá Number one


No hay tanta tinta como quisieran los lápices, no hay lo suficiente, pero hay sangre. Vivo buscando. Lo veo a diario, lo sueño cada noche, lo silbo cada mañana. El mundo tiene muelas y se come los espacios, los tiempos, los relajos. Hay más hojas en blanco de las que debieran. Cuadernos, libretas, y más cuadernos. Y muchas de esas hojas, para peor de males, están tiradas, arrugadas, perdidas por entre los pies de los que caminan mirando pa'l frente (por que así se camina, ¿no?). Por eso, para no ser tan anacrónico, les digo: la franja que titila en los documentos word es una invitación, y una muestra, para llenar esos espacios, que de espacios, en realidad, no tienen nada. Son cabeza; son pensamiento; son ideas; son sentimientos. Kilos de sensaciones con escalofrío que esperan por ser visibles. Y todo da vueltas vertiginosas. Todo se estrella en nuestras frentes afiebradas para despertarnos. Y ahí salta la sociedad: no pue, mi amigo, no hay tiempo para profundidades! Lo dicen mirando sus celulares. Basura, digo yo; la inmediatez de estos tiempos me apesta tanto como esa idea hueca de vernos a todos como un masa de seres monocordes. Bueno, entonces, un aplauso para el público objetivo sin ideas propias, sin nada más de aporte al mundo que trabajo y nervios, un amor a ese éxito llamado estrés. Amor a la farándula, y apego a todo el absurdo por la pasión de multitudes, o los deportes-mafias... Y los ecos, y las repeticiones que más que unir, separan. Super, como si no hubieran injusticias a la sombra de banderas políticas, ahora están las sociales. Pero filo. No hay tiempo, por que nadie se detiene un rato. Hay papeles que esperan ser llenados, eso sí. Ojos que necesitan ser analizados. Y aunque la tinta falte, aunque las hojas en blanco no lo estén del todo, yo escribo. Pasan las horas y el trabajo, la tarde, el computador que me robaron, todo, todo eso no logra contenerme. Ni el trabajo, ni el puto cansancio, ni el mal parido sistema - con restos de dictadura - que va pariendo, a su vez, entes emuladores de tendencias frívolas que nos hacen sentir avanzados, avanzados y más avanzados. Por eso nadie mira para el lado, por que nadie más existe. Y si existe, qué importa.

Muy bien, a la cuenta de tres ud va a comer cebollas y se va a ir a poner un par de pitillos violetas. 1, 2, y....

martes, julio 15, 2008

Facundoisterberger


"La alegría suele hablar en voz baja"

Facundo Cabral

lunes, julio 14, 2008

cri

¿qué me dicen de esas preguntas que parecen sin sentido? Al final de cuentas, a las horas en que nadie lo sabe, a las horas en que muchos duermen, esas preguntas cobran toda la fuerza que la racionalidad diurna quiere llevarse. Pero a mi no me llevan los días, y menos las noches. Por lo mismo será que escribo mis mejores textos cuando los grillos cantan más bonito: después de las doce de la noche.

viernes, julio 04, 2008

Antes de run-runear por el sure


y bien, recién empieza a cesar la resaca. Raro, pensando que fue un poco más de una botella de ron entre... entre seis?. Creo, por ahí. Anoche, los zorros del desierto lluvioso nevado (los mismos zorros del norte florido bacheletista-piñerista-chavista) me sorprendieron con una celebración notable y emotiva, bien improvisada - aunque no por eso menos contundente -, traída directamente de los más oscuros submundos, plagados de gorritos y platitos de cartón con animalitos dibujados. Y ahí le dimos al festejo hasta la madrugada responsable de un jueves de mierda: su buen ron, su notable regalo frentista, y pa'qué decir, la buena onda y la conversa a destajo (papá).

Hoy me voy a conce y, rechupalla, aquel viaje fue lo único que me hizo respirar un poquito más hondo esta mañana. Digo que ahora se me está pasando la resaca porque amanecí apaleado a lo canitrot: mareado, con revoltijos de guata de lavadora, la boca seca y cero ganas de emprender la última aventura laboral de la semana. Asqueroso. En estos caso es vital cargar las baterías de entusiasmo. Y lo mejor es que java me ayuda, y me sonríe con esa carita de angel-malvado que tanto me gusta.

Sí, puedo decirlo: estoy contento, acá hay una familia, acá hay amigos que cuando me abrazan lo hacen de verdad; y aunque la caña recién se va, me voy a conce contento. Run-Run vuelve al sur: veré a mi vieja, estaré en mi casa, respiraré la tierra húmeda de julio, y me llevaré en la mochila las canciones, el libro y un buen neo-recuerdo para retratar en mis dulces y depravados 31 años.

Aparte, viajar es lo mejor.




(no puedo escribir esto mientras escucho radiohead, no puedo)

lunes, junio 30, 2008

pensar en letra alta


Es la hora del absurdo y del ud no lo haga. Es una idea, pero cuando esté en conce, al menos una vez, me voy a ir a dar mordiscos a la porquería sabrosa de La fuente Alemana. Y después, apenas pase la servilleta por mi trompa, me largo a fumar un cigarro, caminando por O'higgins, escuchando todo lo que me de por entre los fonos y el pensamiento que te extrañará a la distancia. Si está lloviendo, mucho mejor, la imaginación absurda elige días con lluvia para hacerlos más memorables. Como sea, de ahí, cuando ya no de más, cuando casi repte de guatita llena - a estas alturas bien mojado -, me voy a comprar un bigtime y voy a sentarme en el rincón maldito. El de siempre, obvio. En esa esquina voy a mirar como pasan las micros, y a reconocer a estos nuevos rostros penquistas... tan grises como el grafito pero tan conocidos para mi. Por ahí me suena bien y vuelvo a pensar en letra baja.