viernes, octubre 31, 2008

Paréntesis




"hay personas que están hechas del mismo material de los sueños; llegan a nuestra vida... y se quedan por el tiempo que dura el sueño."


Tan sólo por esta frase, que de cursi tiene lo mismo que de verdadero, ya vale la pena ver esta película. Ahora volví a repasarla en un contexto que se me hizo mucho más familiar.

Levantarse a las 7:30 am (en un día feriado) da para mucho, señores.

jueves, octubre 30, 2008

así por ser

Haciéndome cargo.

miércoles, octubre 29, 2008

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aún así, aunque cualquier manera punzante, aunque cualquier ritmo en las palabras, aún así, las ganas de escribir están, y van en tu misma micro, al lado de todos los poemas que se puedan escribir. Pero, a pesar del cansancio, yo no quiero cerrar los ojos, sino todo lo contrario, poner cinco atenciones sobre la mesa, y cinco inspiraciones más para los días que se han de venir. El que sea número impar no dice nada, como nada dice que la nada sea lo que todos dicen que es. Pero, well, que es un mundo extraño, y esta noche de perros ladrantes (?) el peso en mi espalda, muy de pensamiento solitario, es inusualmente superior.

martes, octubre 28, 2008

Etiquetas de esta entrada: por ej., motocicletas, vacaciones, otoño

Escribo para variar. Para variar, escribo. Hay bajo mis pies un río que corre y que, paso tras paso, suma torrente a sus aguas. Y no tan sólo eso: hay bajo mi alma una ola gigante que desea estallar en mis superficies, para despertarme, para darme fuerzas con sutiles patadas en el culo. Y yo, acá, escuchando mis dedos que crujen, que florecen en sangre. Y escribo. Escribo como si los destinatarios, todos, estuvieran acá, respirando en mi cuello, enterándose de mi vida, ocultos tras el botón de envío, pero con sus cabezas a la vista, riendo de lado, bailando al ritmo de lo que voy sintiendo con los presentes capítulos. Y yo que levanto mi vista, me muerdo la boca por dentro, y sigo escribiendo. Para variar.

lunes, octubre 27, 2008

fauna de oficina

domingo, octubre 26, 2008

martes, octubre 21, 2008

merecimientos en cajitas de veinte comprimidos


Mis brazos caen bordeando mis piernas, y mis piernas, firmes al suelo como raíces, a su vez sostienen mis brazos cansados. Así no más, el desgano momentáneo me entrega a la suerte de mis gravedades instantáneas. Pero qué, pero cuándo, pero dónde. Pienso en no pensar, y en pensar eso se me van las horas en elegías sabrosas. Nada que ver. Un paso adelante, otro al lado, y me deslizo suavemente, como pinguino, cuesta abajo, dejándome caer en acantilados congelados. Las decisiones pesan, y de esas cargas no te libras con ayuda: te las llevas siempre, te impulsan o te hunden, pero se van contigo. Y sigo. Las velocidades son variables, y al pasar las escenas se muestran nítidas, listas para fotografiar, para archivar entre los recortes más disparejos y amarillos. Hay tanta geometría, tanto rectángulo vicioso (no sólo los círculos lo son), tanta forma absurda en las historias, que absurdo quiere hacerme crepitar en ellas.
Me deslizo, porque es lo que debo; me dejo caer, porque no me queda otra, porque soy culpable, porque soy la víctima, porque soy un puto ser humano, y porque la canción lo dice. Entre la gente no hay aplausos ni entendimientos absolutos, hay simple comprensión, pero todo va bajo un velo de silencio hirsuto que me hace levantar la altura en las miras, y de puro jodido que soy, no más. Es en esos estados de atención silente es donde me detengo, pero lo hago sin dejar de moverme, porque si lo hago, me congelo, me muero, me desintegro, me derrito. En eso quiero ser dacroniano, terrícolas. Voy a pestañear más a la defensiva, voy a mirar con lujos para retomar los detalles. Y creo en esas cosas con tanta convicción que me atemoriza entenderlo al cien por cien. Pero sigo avanzando (o retrocediendo, según dónde se mire la escena), y hay tantas metas como partidas nuevas al frente. Yo quiero levantar los brazos, aferrarme, frenar, ver bien qué sector tomar, darme el tiempo, elegir... pero estoy cansado, y el camino, y su fortuna, y sus baches, en estos casos, en estas copiosas lluvias de confusiones, son implacables conmigo, contigo… con cualquiera. Pero los merecimientos están a la vuelta de la esquina, y ahí algún viejo lo entregará al que pase, ¿no?
Mientras, la canción, una de tantas, sigue sonando, y yo cierro, y yo aseguro, y yo me tomo otro sorbo de un jugo de peras en polvo. Y la vida continua, dijo el cursi.

jueves, octubre 16, 2008

Number 9



Ya, te cuento: hay un tornado a metros mío, ¿vale? Un tornado, un torbellino violento de aire que gira sobre sí mismo y que se extiende desde las nubes hasta la superficie terrestre. Uno de los típicos. Según me fijo, es el más destructivo en años. Lo compruebo a simple vista, mientras escribo. La gente corre, se esconde bajo tierra, grita, y en el camino varios terminan muertos, desmembrados ¿ok? Atrás hay nada, y al frente, todo. Ese es el escenario. Y yo observo inmutable, de pie, contemplando lo incontemplable, sabiendo que puedo morir, o revivir, tras la tormenta. Algo así. Y me aferro con fuerzas a la esperanza, y a las opciones clavadas que existen al alcance. Digo ¡qué más me queda! Entonces un destello fuerte me distrae: al otro lado está ella... el vórtice gris me deja vislumbrar algo: su rostro pasivo, pálido y angelical; sus manos. Y yo, tranquilo, porque sé que puede salvarse sola, así, tal como yo puedo esconderme tras algún roble viejo y salvarme también. Pero no, para qué, el tornado tiene que pasar por sobre mis desesperaciones, es su obligación, ¿no? Los escombros deben atormentar, desgarrar, para dar paso a otro estado. Al parecer ella también espera que la destrucción creadora pase por su cuerpo. No me preguntes cómo lo noto. Una seña puede ser. El punto es que la idea no es esconderse, ¿entendido?
Pero todo sería mejor con sol, me digo, me dice, nos decimos, mientras el cono de basura ya está por alcanzarme, y el astro rey (que de rey tiene nada) no quiere aparecer, porque las nubes son espesas, como espesas son las lágrimas, la melancolía, y tantos sentimientos indescriptibles en el momento previo a estas muertes, a estos finales. ¿muertes? Es una forma, nada más. Una forma.

Bueno, de pronto, Kaboom!, el tornado se divide en dos. Un par de vórtices, unos gemelos destructivos ¡¿Puedes creerlo?! El par de brazos gigantes recorre caminos paralelos, y va calando, erosionando, como si alguien los dirigiera, ¿ok?. Es uno para cada uno, ¡Claro! Para ella, para mí, para los dos.

Cinco metros, tres metros. Y yo ahí de pie. Cierro los ojos, todo se vuelve borroso, todo se vuelve fotografías desenfocadas; una tras la otra, una tras la otra, una tras la otra. Escenas ¿ves?... y del ruido al silencio total que, de pronto, me lleva a algún lugar con arena blanca.

Línea. Horizonte. Nubes. Cielo. No sé, aún no puedo ver todo. Tengo espinas clavadas en los brazos, en el pecho, y eso me tiene ahí, ¿me explico?. Pausa, así me quedo... Pausa total por un tiempo indescifrable.

Pero, basta, ¿no? Me convenzo y abro los ojos lentamente. Observo. De pronto una silueta se asoma, y me doy cuenta... y cuando me doy cuenta, nada pasó, y el cielo soleado empieza a nublarse otra vez. Habrá que esperar morir de nuevo para entender que estas cosas, que estas sensaciones, no se manejan con lógicas preestablecidas. Eso es lo que me digo ahí,¿se entiende? Pero, bueno, si uno tuviera la certeza la usaría quizás en qué. Si no, no me pasaría estos rollos.

Ahora, dime, ¿qué te parece? ¿No es lo más bello que te han contado? Si no lo es, avisame ahora, que no quiero seguir esperando tornados para sentirme vivo.

miércoles, octubre 15, 2008

loúltimoymejorquehevisto:

Cashback



Trailer:



Before Sunrise



Trailer:



(...y nueve años después)Before Sunset



Trailer:


Once (tremenda)



No es el trailer, pero es uno de los temas, y escenas, principales pa'mi gusto:



Cafe Lumiere



Trailer:



Flight of the red Balloon



Trailer:

martes, octubre 14, 2008

Métodos abreviados

Así no más
Las tres de la mañana
La gran costumbre
El primer texto corregido
El gusto de saberlo
(y el disgusto de enterarse)
La primera mañana sin luz
La primera tarde con sol
Y pensar
Y volver a pensar
Y aburrirse de pensar
La inspiración
La expiración
Las películas
Las canciones
Con más películas
Con más canciones
Y a la conchadesumadre

Y todo sigue igual
Y todos siguen con lo mismo
Y bien que así sea (me dicen)

Nada de nada, lo que nada quiera, que nada sea.
Eso digo, eso dicen, eso escribo
Dicen, cuentan, replican

Hoy me cago de sueño
Mañana quién sabe
El café está cargado, y es la idea, huacho
Es la idea que nadie entienda.


Entonces, son veintiocho puntos de descargo (o de registro).

martes, octubre 07, 2008

arde, arde, EL BOLICHE!


Debo pensar en cómo armar las piezas, en cómo disponer las cartas (en blanco, claro) sobre la mesa de madera (en blanco, claro). Esta idea de autoeditar algunas de mis historias, me tiene ahí, sobrevolando (no sobrevalorando, aunque podría discutirlo) mi propia cabeza; a centímetros pocos, y a unos cuantos de más. Es tanto lo que hay, lo que anda por ahí, que de hacer lo que quiero tendría que dedicarle noches y mañanas; días completos de ideas e imágenes pinchándome por dentro; de ojeras y ardores varios; de citas, cartas, insomnios, mañas y cañas.

Me gusta.

Estoy seguro que también le va a gustar a otros, a otras,a otraos, y asdfrt varios.

Eso sí, aún las nubes no forman nada. Veo, y son simplemente eso: nubes. Pero empiezan a salir manos, y de las manos a tomar forma, y de las formas a los bocetos de lo que quiero mostrar, y de ahí a la carpeta transparente (la que está bajo los vhs y algún viejo cable usb sin uso).

Y allá lo veo. ¡Y allá lo vas a ver tú, te dicen!

(¿pero?) Pero voy a tomar tiempo, ron, y coca-cola. Pero voy a seguir con botas para no hundirme en el fango de letras (sopa, fango, da igual). O al menos, si me hundo, la idea es no ensuciarme entre los dedos. No me preguntes porqué. No todo tiene respuesta, lector(a) espacial.

Hoy, mañana y pasado; el viaje y los cuatro años; los textos (lostextosylostextos)una cuestión de redes, el amor, y otras tantas bandas... y qué cosas, ¿No?

Pero ahí va la vida loca. Entre todas mis ideas (que de buenas sólo tienen la idea que lo son), le doy vuelta al asunto. Y voy queriendo más de puro querer, porque así soy yo. No por inconformismo; no por complacencia barata (bueno, tampoco es cara). Cómo podría ser algo así: son años de experiencia en el campo de lo absurdo. Hay magísters de por medio. Además, no es tan clara la cosa como para andar escribiendo cosas así. Uh, dije cosa dos veces (hay una película que se llama La cosa).

Ah! hoy, un gato negro se me cruzó en la calle. Y yo le dije, oye, gato negro de la malafortuna, tómate la leche. Pero iba solo y me dio risa. Sobre todo porque no lo dije, y simplemente lo mascullé y el gato se fue corriendo como loco, y yo encogido de frío.

No hay caso: me hago tanto reír.

Y así mi cabeza en varios lados. Y así con la autoedición.

jueves, octubre 02, 2008

un día jueves


Qué pasa Juan, harto otra vez?

miércoles, octubre 01, 2008

Título de blog

Arroz con salchichas, arvejas, choclo, porotos verdes: mi almuerzo express de hoy (nunca como el puré en sobre de ayer, pero qué onda).

Igual, afuera hay sol. Bien por eso. Aunque alguna vez hubiera vomitado al decirlo, ahora tiene sentido, la primavera anda media esquiva.

Y adentro, hay pereza (flojera, paja, ganas de nada, a la chucha con todo, cámara lenta... cá-ma-ra-len-ta), y voces por todos lados, por todos. Me tomo una coca individual y la hora, y la hora. Termino los minutos viendo el precio de los pasajes a lugares varios del mundo. Me deprimo, me conformo: o espero años, o ahorro, o me gano el kino, o descubro la cura de la fosforescencia patológica de los patos-gatos. Sino, encalillarse, como buen clase media que soy.


¿qué más?

Hoy escribí un cuento en la mañana, un cuento completo, redondo, bien formado. Bueno, diría yo que salió bien. A ese nivel, cachai?: bien, correcto. Ni más ni menos. Es bueno subrayar esas cosas, decírtelo tú mismo, sobre todo porque escribí a las siete veinte AM, después de desayunar, o terminando de desayunar... tomando el té tibio, casi helado, escuchando a lo lejos los buses pasar, y esos minutos que te cagan la mañana. Porque en la semana es así. A no ser que descubras la cura de la fosforescencia patológica de los patos-gatos. Qué wea, ¿no?


pero bueno


he escrito harto. he revisado harto. he planificado harto.

Rica la wea.

Ah, y escribo porque sí. así, liberando, liberando. ¿Liberando qué? Fósforo va a decir alguno...