lunes, agosto 30, 2010

declaración culiá (rimember forever olweis egein)

Así nomás, tal vez debiera desarmarme un rato, desintegrarme en polvaredas espesas para volver pronto a la danza aquella, a la rotación diaria pero con una estructura renovada. Ahora, ¿renovarse para qué? No estoy seguro ¿Quién puede estarlo con solo pensar? Nos llenamos la boca diciendo que es por uno o para el resto de la humanidad, pero la verdad a veces es más sencilla: se nos da la regalada gana y necesitamos sacudirnos de las pulgas.

Poco importa, no elijo caminos para equivocarme, tampoco salto vallas para evitar perros rabiosos, puedo trazar una ruta que se precie de tal sin saber el paisaje que me circundará y no es sorprendente: hay flores y espinas y algunas mezclas de ambas. La cara de sorpresa está demás, señora, señor.

Hoy bajé por otras escaleras y el manto azul del mar me pegó en pleno. Hay seres que se cuelan por mis orejas cuando aquello pasa. Quién diría, mágicas palabras, quién diría por tí por mí, por todos mis compañeros, por el sur y su llovizna, por las noches en vela y los tés helados en las madrugadas, el pan tostado y el cigarro; la inspiración y la máxima total de actitudes superfluas... y Dios, lo incólume que vive en mi interior, esa llamita con aroma a estragón que en algo está, y parece, estará. Quién diría. Yo lo he dicho, yo lo seguiré diciendo, asumiendo mierdas y mierditas, dejando pasar cosas importantes para el resto, rescatando otras que no se lo merecen, según muchos; jugando con mis manos en el techo, viendo mi reflejo en los sucios ventanales de micro; siendo el libro de autoayuda con prefacio de autodestrucción; siendo amado, odiado, ignorado, deseado, vilipendiado, admirado (?), y toda la bola de ados que se puedan escribir. Redoble de tambores, oiga, que no se note pobreza, aunque el pan no tenga más que mantequilla, tiene algo y se agradece. Ser positivo sin necesidad de sonreír o ser negativo sonriendo de par en par, las incongruencias a la salud de la vida y el amor, qué nobleza más grande, weón, ¡QUE NOBLEZA MAS GRANDE! hacer por y para, lamentarse y sentirse afortunado de no hacerlo, brindar porque... brindar porque sí. Ver formas en las manchas de té, rostros deformes en las curvas de dos copas enfrentadas, encontrar que lo grotesco guarda en su definición una palabra atractiva ¿Alguna explicación, SR juez? Me lo imaginaba, al final de cuentas todo es criticable si te sientas de pierna encima y levantas una ceja y miras desde arriba displicente. Y me estiro como Superman volando cuando pienso que lo que escribo no pasará a la posteridad mundial, mis líneas se perderán en la podredumbre de algún basurero porteño, no seré la genialidad discutida en ninguna reunión y menos la cita musical de algún cantautor emergente. Me cago y me recago, los elegidos tampoco lo sabrán antes de morir y yo estoy vivo, ¡les llevo ventaja!.

Qué podría decir, encontrar el sentido es el sinsentido mayor. Recoger tus propios pedazos, pedacitos y partículas, un submundo increíble. Algo así como decir que el espejo es mi único testigo y mi cabeza despeinada, un brillo cubierto de eternidad para ti. Mientras tu cuello estrellado, y mi boca en el, crean nuevas vías lácteas que me refugian como un sucucho al que nadie pueda entrar, pero al que querrías entregar tus llaves de vez en cuando, ¿se entiende? Celos y ganas de compartir. Fíjate cómo estiro mis brazos, ¿no ven lo adorable que soy? Dos agujeros verdes me disparan, mis índices cortados sangran de la nada, podría ser parte de un misterio y me emociona.

En fin, en querer y ser y poder, ver. Ya lo decía el gran maestro, "no basta con pretender ser un buen tipo...". El punto suspensivo de entre sus amarillentas barbas fue eterno, y como gran maestro que fue, se murió en ese preciso instante de misterio y super locuacidad trascendente. Tengo que preparar algo por el estilo para algunos de mis tantos finales.