lunes, julio 25, 2011

así con la cosa (19)

Entonces, al costado de la calle le pregunto que cómo se llama. El señor canoso, rechonchito y embigotado, después de una pausa pequeña - y un gesto de que se viene algo gracioso - , me dice "bueno, a mi me dicen cone. Así, como al sobrino de condorito, pero si acento en la "e": cone". Yo me sonrío y le digo que entonces, cuando queramos más empanadas dejaré dicho al conserje para que nos avise: que cuando pase el señor cone nos toque el citófono. "así nomás, pueh, ahí estaremos", me responde conforme. Yo recibo las tres empanadas, envueltas en un paquete de papel café, las afirmo con mis dos manos y en medio de una brisa fría me devuelvo trotando al departamento. A lo lejos me grita "que las disfrute!". Yo le doy gracias sin mirar atrás, voy cruzando la calle. No es la idea sacarme la cresta.



domingo 25 de julio del 2011 a las 13:15 horas aproximadamente.

jueves, julio 14, 2011

Así con la cosa (18)

Ya me quedan pocas páginas para terminar lo que, para mi, es el libro más divertido que he leído en harto tiempo (Tokyo Blues, de Murakami). Voy pensando en eso cuando me bajo de la micro. En eso y en que, a pesar de que me cargan los pantalones que llevo hoy, cada día me importa menos su incomodidad. Además, después el cielo me distrae. Avanzo los metros que me acercan a la agencia, disfrutando esas tonalidades que, en la previa de las lluvias, hacen de las nubes algo más tangible y trágico. Más penquistas digo yo. Es probable que hoy se termine el día con una buena chubasquera y me gusta, a lo Facebook.
Siento un poco de frío, miro el libro asomado en mi bolso como diciendo "hoy se termina todo" y paso a comprar una lámina de queso al negocio de la esquina. El pan me lo traje de la casa. La señora que atiende es una especie de Droopy con pelo largo. Un personaje que, históricamente, con suerte saluda y que hoy, en un acto sinceramente perturbador, tira la única talla que le he escuchado en años! Sé que es talla porque lo dice, me mira y se ríe. Pero yo estaba escuchando noticias y, qué le voy hacer, no le entiendo. Para ser cortés, me río, pago y me llevo el queso. Camino medio minuto, la última mirada a las nubes dramáticas y a trabajar. Qué más puedo decir.

miércoles, julio 13, 2011



Honestamente ¿Qué diantres se puede decir con semejante video? Ni título le voy a poner!

martes, julio 12, 2011

Así con la cosa (17)


La gente está loca. Muy recontraloca. Tanto así que no compartiré los dulces que Sixto Paz me trajo de Ganímides. Además, sacaré su foto de mi billetera.

Me pregunto #7

¿cómo es que no me había dado cuenta antes de lo agradable que es comer naranjas en la mañana?

viernes, julio 08, 2011

Así con la cosa (16)

La escena es más o menos así, ahí tú le pones o le sacas según estimes conveniente: con un par de bolsas en tus enguantadas manos, abandonas el supermercado una fría mañana de junio. Son las nueve cuarenta aproximadamente, lo calculas sin mirar el reloj. El hielo, piensas, te vuelve un ente inexpresivo y lo subrayas mientras exhalas vapor y te miras en el reflejo de una micro verde que se detiene frente a ti. A la izquierda tuya, el sol aparece entre edificios grises que ahora se tornan amarillentos. A tu derecha, un perro color tigre se lame las bolas con una paciencia perturbadora. La micro avanza y una mujer sentada en ella te mira y te sonríe. Te das cuenta en un segundo ya que justo pestañeaste y la imagen se te quedó grabada, como en una fotografía. Te habrá confundido o estás más guapo de lo normal. Te convences que de seguro te confundió, tú no andas por la vida de galán.
Mirada general, piensas que las calles son más amistosas en la mañana, cuando sale el sol, cuando sus rayos matinales se cuela entre ventanas, postes y uno que otro brillo de pelo. Excepto si ese pelo está mojado. Y es que la noche te gusta, pero por otros motivos. La mañana es el ritmo que más te acomoda, al menos hoy.
En fin. Todo huele a pan fresco, sobre todo cuando cruzas ese pasillo angosto, donde las voces se tornan menos tenues que hace 15 minutos. ¡Cómo cambian las percepciones en 15 minutos! Prefieres el olor a pan tostado, pero el pan fresco no está mal. Ahora que lo piensas ¿es mejor el olor a arroz cocinado o cuando el arroz se cocina? Estas cosas son como el dilema del huevo y la gallina, te distraes unos segundos. Miras la bolsa como para asegurarte que todo sigue ahí.
Ok, te dispones a cruzar la calle principal. Hay dos gaviotas peleando en la cima de un poste. Gritan con un poco de tedio, como si pelear fuera un trámite y tuvieran que hacer show. Yo las observo antes de dar el paso, antes de jugar con la bolsa, antes de ver a esa mujer que, groseramente, lame los labios a su novio, ahí en la vereda de al frente. Y se ríen y yo vuelvo a mirar a las gaviotas pero ya no están. Se fueron en silencio. Luz verde. La pareja del frente parece tan eróticamente feliz, tan con ganas de hacerse pedazos. O tal vez vienen de desintegrarse en la noche. Pero uno nunca sabe, te dices. En el fondo las caras no dicen mucho, y las ganas duran lo que tienen que durar.
Dos, tres, cuatro, cinco personas. El taxi te espera. Suena tu celular. No sabes quién es. Nunca lo sabes, desde que no tienes pantalla, desde que contestas sin mirar. El cielo se nubla en un dos por tres, pero sigue siendo mañana y es un gran valor que así lo sea. Contestas. Es esa voz familiar que siempre te saca una sonrisa. ¿Eso sería todo? El comienzo y el fin.

martes, julio 05, 2011

Así con la cosa (15)


Se lo digo, señor invisible, emprendo muchas veces la misma salida y la misma llegada. Lo importante, y en ello creo que radica la resistencia a la erosión emocional, es salir y llegar con distintas formas de ver y otras tantas de respirar. Asi como hoy, por ejemplo, que sobre nuestras cabezas aparecía un notable cielo amarillento, regalando algunas gordas gotas de lluvia aisladas. No es que el cambio de switch sea automático, o que de un saltito de alegría, pero el giro pequeño, la brisa, el aroma, incluso las ganas, se inyectan de algo que me hace querer hablar más animado, más claro.
Soy de ese tipo de persona, qué le voy a hacer.

viernes, julio 01, 2011

ola, sin h

Hoy es un día especial, pero mañana lo será más. 34, el número posterior y la celebración contigo, que ya vienes en camino, hijo.