viernes, julio 27, 2012

Refugio

Ok, hoy me acordé de algo muy puntual. De algo que podría llamar un episodio idiota de mis "años mozos" (?). Si bien ahora tengo los dedos helados (quizás por lo mismo la claridad del escenario), y estoy a kilómetros de distancia física y emocional de aquel momento, me acordé del Refugio Bar en Conce; entre el 2001-2003, por ahí. Específicamente, lo que rememora mi cabezota - aparte del sector geográfico y todo ese romanticismo con el que llegan los recuerdos - son unas hamburguesas muy baratas que allá se vendían por aquel entonces. Pan tibio, hamburguesa sospechosa, mayonesa blanca, lechuga, mordisco, oh, mierda. Es-pec-ta-cu-lar. ¿salud o higiene?, ¡ni idea! pero por las recrestas, más allá de la fila que había que hacer, o la incomodidad al comerlas, qué exquisites más grande! Se me vienen esa sensación de estar sentado al borde de la pandereta, en una especie de fila-asiento de cemento, con el culo helado, y en una mano una escudo en vaso plástico, y en la otra la hamburguesa, intentando morder semejante mole de menjunjes sin chorrear; conversando, hueviando, estirando la vida. Imaginando quizás cómo serían mis días en el futuro (cosa no muy extraña en mi desde siempre). Tiempo libre, cervezas, concepción, Albano (¡) Eso y más remonta en viaje y llega hasta mi pupitre hoy, que mastico mis 35 años de vida. No sé si sea un cuento del que sacar un mensaje, una enseñanza, pero son esas cosas que pienso contarle a mi hijo, alguna vez, cuando él tenga el tiempo y las ganas de saber de mi historia y estos detalles minimos. Esos que arman parte importante de la vida y que se te presentan en el día menos pensado, como diría Carlos Pinto.

miércoles, julio 04, 2012

Es hora de aventuras

No me diga ¿Necesita hacer un regalo y no tiene idea de qué? No se estrese en el Mall. Obsequie algo original.