jueves, diciembre 24, 2009


No es que me pase mucho, pero a veces me acuerdo de las casas, de los antiguos lugares en los que he vivido. Y me pasa que cuando me acuerdo me tiro a ver mi actual techo, a disfrutar el nuevo aire, el espacio interior. Y en eso me paseo, miro por la ventana, la calle, la gente, y se me viene un eco de suspiros varios. Es inevitable. Es inevitable trazar el camino y ver qué se dibuja. Como esos puntitos numerados que de niño tenías que seguir para llegar a la forma final.

miércoles, diciembre 23, 2009

el verdadero zen-tido

Entre un tema de quince minutos de Yo la tengo, admito que soy un héroe navideño. Llegar a estas fechas sin una buena lectura de platas, y no perder la sonrisa, es de comercial de coca-cola de los ochentas.

viernes, noviembre 20, 2009

lacopadelárbol

Pues bien, ante las circunstancias que hoy rodean mi existencia, voy a brindar al pie de un árbol pequeño. O medio pequeño. O casi pequeño. La idea es que cuando crezca, y me sobrepase, pueda seguir brindando a su sombra fresca. Y en su crecimiento aferrarme a más motivos de levantar la copa. Incluso la del árbol mismo.

miércoles, noviembre 18, 2009

sin interiores

Activas retorcidas
y gustos prendidos
a corbatas multicolores
el sol rueda por las columnas
y los cuatro mentirosos en cadena
con el país
con sus caras
y las caras retretas de campañas
campanas di-so-nan-tes
con el fuego urdido de sus lenguas
y el show de los peinados
las estampas
las sonrisas retocadas
con promesas




digamos que en nada creo
más que en las miradas
en un verde
en dos verdes
más pulgares en alto
más bajas las esperanzas
en quienes más chilenos
en quienes más patria
en quienes más futuro
bocas secas
weón
huevón
gueón
dicen ser lo que guardan
y esconden tras bambalinas
¿alguien quiere un salud?
bocas secas remojadas
con la sed en la mistura de los labios
con el viento de tiempos buenos
más no sé si nuevos
afuera se nubla adentro se trabaja
todo sigue igual en el viejo chile
y el dolar que ve la entrepierna del mundo
sin interiores

martes, noviembre 17, 2009

el otro cielo



Hay dos cuartos vacíos con sus cerros interiores. Aunque, claro, es una forma de verlo, de serlo. Malas matemáticas. Dos cuartos, tres ventanas, cinco divisiones. Una manera. Una escalera. Una pradera. Una tetera que ahora hervirá para tres personas que encuentran un mismo techo. Un verdor encendido, furioso de vida, que dedica canciones, imágenes, besos. Sobre todo besos (y las cuentas que serían los besos con seriedad matinal). En fin. Esfuerzo mancomunado. Morado como las paredes de lo que espera.

Hay dos cuartos vacíos con una misma entrada. Con una misma salida. Entonces, al alcance de las manos y los ojos, de repente, reducido en tiempo, rápido y galopante como son las importancias, es que llega el tren. Locura total o total qué tanto. El tren y su chu chu que no espera. Pero así y todo, con las distancias que se acercan, a dos horas del amparo con sol matinal, con las tantas mañanas que se nos vienen, y los abrazos que aprueban sin conocer, hay un aguante que glorifica la espera. Del mar, de los miradores, de los nuevos desayunos y las tardes frías. De los mismos cielos visto desde otros sectores de las cabezas, de las geografías trazadas en mapcity y buscadores automáticos. De las familias asombradas.

De
Las
Nuevas
U – bi –ca- cio-nes


Yo no puedo más que surgir de entre las cenizas de tantos, de tontos, de locos. Del fuego extinguido de los grises y de las ramas sin hojas que me hicieron ver un mundo plano hace tanto. Plano quizás por mis propios papeles, los perdidos entre los libros que no leí de lo malos que me tincaron. Plano quizás por los propios miedos a girar en otras esquinas. Plano…

Cómo no seguir sonriendo. Galopando en el caballo blanco con diente de oro. Levantando los brazos en señal de victorias futuras, en virtud de los premios actuales, y las tantas patadas en el culo pasadas.

- Al final de cuentas es lo que cuenta
- ¿La cuenta regresiva?
- Siquiera la cuenta de la luz… Darse cuenta, es lo que digo. Darse… No cuenta de contar. Nada de sumas tampoco.
- Ahora me doy cuenta.

Y los mensajes que alguna vez dejamos flotando en la nada, y que hoy pudimos entregarnos personalmente, de puño y letra, de carne y alma, de ojos directos, de corazón. Cuando los destinatarios se encuentran antes de la carta misma, ¡qué gusto dan los apretones nerviosos! Cara a cara. Sello a sello.

En eso, en todo lo de ahora, los ojos de la mujer que me invita como si en ello radicaran las más grandes importancias, y las manos del pequeño hombre que boxea en las mías, feliz, haciendo de su baile de serpiente sandunguera el rito sagrado de un santisaurio único en los post cretáceos del mundo. Y yo que quisiera más brazos para hacer de mi amor un refugio eterno para ambos. Para ellos. Para lo que seríamos juntos. Y las voces tantas, naciendo como porotos en algodón mojado. Opinando. Felicitando. Sonriendo todos, temerosos de tanta seguridad. De tanta cordura sin costura. De tantas hojas escritas en cuadernos nuevos. De tintas multicolores. Y los cuartos vacíos que como todo lo importante de la vida, se van llenando de fotos, recortes y dibujos. Incluso los que aún siquiera se rayan con lápiz de carbón.
- Tendrán que ver otro cielo, desde otro sector de sus cabezas.
- ¿Perdón?
- En el instante mismo en que inspiras al despertar. Ahí nace lo justo
- Justo. El dibujo. Qué bien que está quedando el dibujo. Mira, ahí está ella, él, y yo. Si te fijas sonreímos. Todos sonreímos
- Precisamente, es al otro cielo que me refería…
- Siempre lo supe.

domingo, agosto 23, 2009

yo invito al té


Hace varios minutos que la toyotomi de mentira seca mi ropa. No tengo música puesta y el extractor, protagonista de los ruidos actuales, se lleva la humedad que pueda quedar en el ambiente. A la izquierda mi taza humea un té verde recién servido. Yo lo miro de reojo y me invito al primer sorbo. Rico.

He visto películas extrañas últimamente. Me atrevería a decir que son las más extrañas que he visto hasta ahora. Anoche, si bien estaba trasnochado del viernes, me quedé viendo películas hasta cerca de las cuatro de la mañana. Y luego música, y escribir un relato, y un orden mental para un domingo que no quiso empezar como quería: parece que me resfrío. El premio al esfuerzo…

Volviendo al cine, no sé, las cosas extrañas, los diálogos absurdos, las escenas un poco retorcidas, dobladas, tendidas, me dan valentía para publicar algunos relatos que creí incomprensibles. Y aunque de verdad lo sean, qué diablos! Es decir, el otro día vi a un viejito grabando sonidos en el metro, y otro a un tipo descalzo que pisoteaba charcos de agua una noche post lluvia. O sea, si la vida resulta así de extraña a veces, hay que darle de comer con más extrañezas sin aliñar. Aparte de letras regadas, yo invito al té. Es mi palabra

jueves, agosto 20, 2009

la gracia

Hard to explain, como el tema que suena ahora. Y el tiempo que pasa y pasa, cortando el aire a ratos (y a ratas). Como mucho y si fuera el sonido de una flecha (una flecha verde, brillante en sus extremos, luminosa en su centro). Una flecha y su paso a celeridad absoluta. Silvando secamente el entendimiento, ahí, justo cuando se termina el vaso y miras el fondo.
Y cachai, así se ve todo ahora. Aunque... No "ahora". No quise decir eso. Quise decir de vez en cuando. A veces. Sometimes. Entre los dedos helados y las camas tibias da para pensar mucho. Entre las canciones a volumen escandaloso y el piano saltando en puntillas. Y los tragos con amigos que brindan sinceros por el futurama eventual. Esos amigos que - nunca está de más decirlo - se merecen algo más que el cielo. Sobre todo tomando en cuenta que el cielo como premio está hoy muy pero muy contaminado. Como algunas personas... Si me pongo autocrítico, como yo.


Ahora, cómo llegar de un tema de the strokes a los merecimientos amistosos y la contaminación humana? es esa la (des) gracia de divagar.

miércoles, agosto 12, 2009

es cinco y no tiene título


Ejercicio. Pensamiento tardío de un miércoles a la tarde (la cabeza de pescao gratuita):

Si hay algo que me da risa es decir que algo me da risa. Decirlo. Mencionarlo. Y darme cuenta de eso, como si fuera poco, me da más risa todavía. Es como cuando digo que estoy contento. El sólo hecho de decirlo ya le suma felicidad al momento. Y escribirlo, puf... ¡una locura!. Lo único que no he experimentado es decir que estoy contento cuando no lo estoy. Para ver si hay algún cambio positivo, digo. Sería la papa. Aunque, claro, en el fondo me da miedo que la palabra no sea tan potente como pensaba; quedarme con la idea de recurrir a ella como mero destacador, de esos verde fosforescentes.

Nada que ver con hoy, pero de pronto rompo con la línea, por puras ganas de joder no más.

domingo, agosto 09, 2009

soediv

A veces un sábado en la mañana




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no tengo libro, pero tengo videos


martes, julio 14, 2009

sin título cero dos (o la nossshe o la nossshe)

A mitad de sueño, por ahí. Entre la calle melancolía y la rotonda redonda:

Ya, soltemos los dedos y encabritemos la cabezota, loco, que el tren ya tiene las ruedas aceitadas y se manda a cambiar en cualquier momento. ¿Qué diablos quiero decir? Acelera el ritmo, weón. Compila tus mejores temas, despeja unos cuantos megas, y aprovecha los espacios. Los de vida en general. ¿Muy ambiguo? Ambiguo será tu abuela. No es tan sólo asunto de llenar libretas, de rayar cuentos con lápiz de carbón ¿No fue hace unos tantos años que llegaste a lo mismo? A lo mismo, a entender el significado de las cosas más simples, digo. Por su puesto que claro que yes.

Sí, hay olor a pan tostado. Pan tostado y un dejo de té, pero de té frío. Ese té que te sirves y olvidas a los minutos. Ese té de después del carrete. El concho.

Tengo arroz, tengo atún, tengo tomates. Tengo el almuerzo de mañana.

Tengo buena música.

Iggy Pop sigue vomitando. Se sostiene en ruidos y guitarras. Viejo culiao. Viejo cabrón.

Esto es un ejercicio. Un ejercicio escrito. Si estoy saliendo a correr debo ejercitar también los dedos. Si no está entendiendo nada, no se preocupe. La mente. La minti. La soltura escrita. No es sólo jadear con el frío pateándote el hocico. No señor, señora. Es también erguirse de entre tus propios muertos y decir, sí, demás, porqué no. Es en el beneficio de la duda donde muchos de los que conozco dicen ser humanos. O presumen aquello ¿Y a eso estamos jugando, o no?

Entre tanta encuesta a mis conocidos enamorados, por ejemplo. Con la idea que me definan el sentimiento. A que lo diferencien de lo demás. A que corten las líneas delgadas que separan todo lo que se asemeja. Y yo, que digo entender dándomelas de clever, sigo con una interrogante gigante que flota y flota. Y, chucha, si bien sigo en lo mío, en algún momento aquello se larga o no? Porque sino, vamos preparando el rifle, wn. Vamos apuntando...

Eso sería. Ya es miércoles.

Salud!

Hugo

lunes, julio 13, 2009

sin título uno

Sucede que regreso a las seis de la mañana, con toda la solitaria espesura del frío matinal. Ahí, en el Quilpué de siempre. Llego en estado de zombie-adulto-joven, y ni siquiera puedo tirar sobre la mesa las sensaciones que me traigo de mi antigua casa allá en el sur. Estoy cansado. La espalda torcida de ocho horas de viaje con aire acondicionado (acondicionado a la asfixia diría yo) me pesan. Y los dedos bajo mangas largas, y el desayuno de tostadas con té (que con las réplicas de Chiguayante nunca saben tan bien como allá ), y los párpados a medio camino. De pura flojera. Y tantas cosas, como ir pensando en lo distinta que es una ciudad vacía. Lo mal que hace la gente a algunos espacios. Perderse en esa línea de reflexiones inconexas.

El resto, al fondo de la mochila, entre un par de calcetines sucios que he de lavar, y la cámara con fotos que más que imágenes bonitas trae fragmentos. Trozos de contextos energéticos. Alimento de campeones. Viajes en el tiempo, y almas felpudas que me llevan a esos lugares que gusto de visitar. Reservas que guardo al momento de sentirme solo. Reservas de las que tomo parte apenas empieza a entrar el frío bajo mi puerta. Pilares en formato jpg. Cimientos en formato trascendencia. Las cursilerías más grandes que apenas me animo a escribir de puro vomitivas que son.

Todo es igual, pero al mismo tiempo tan distinto. ¿Qué piensa? La vida loca, como dijo el gran filósofo R. Martin. Nada más que la vida loca... y mi casaca que huele a leña quemada. Y el abrazo de las personas que me quieren de vuelta pronto. ¿Cómo no sentirme afortunado?

Las canciones siguen sonando, y el lunes que ya llega a su mitad me dice lo obvio. Me preparo para un arroz con pollo notable, de esos que se ven allá en el sur no más, y pienso en tanto revoltijo que de tanto se hace uno. Pero uno importante. Como debe ser.

viernes, julio 10, 2009

jueves, julio 09, 2009

jenri

"El pensamiento que no te lleva a ningún sitio te conduce a todas partes; todas las demás clases de pensamientos discurren por carriles, y por lejos que lleguen, al final siempre acaban en la estación o en el depósito de locomotoras."

Henry Miller

dos




Llevo dos noches saliendo a correr (y por lo tanto, dos días caminando como robot)

Hace dos noches desperté tres veces (sí, TRES veces) riéndome y pensando "la wea graciosa" sin saber porqué.

En dos días más y estoy en conce.

"Dos dos dos por cien" no siempre vale cien.

Hace unos días (si fueran dos mentiría) escribí dos cuentos que me gustan harto y debo retocar.

y hace dos minutos tenía más claro de qué escribir y, obvio, no era esto.

martes, junio 30, 2009




a pesar de sentirme un tipo ordenado, y de jactarme de serlo con un orgullo extraño, tengo dos cuchillos en la mesa de una misma mañana.

domingo, junio 28, 2009


La lluvia a través de mi ventana de un domingo-sábado sin bañarse. Y todo leer, tomar notas, y aprontarse para la última de kaufman con un buen té caliente entre las manos.

No es conce, pero podría pretender serlo si me esfuerzo.

las dos partes de la historia. Las dos caras...

La lectura dominical, y la libreta que se sigue completando, acercándose al centro de la dedicatoria, con frases que merecen ser rescatadas.

Hoy, dos citas que, coincidentemente (como hace varios días las coincidencias me han sobajeado la espalda), hablan de las divisiones en las que uno acostumbra a enfrentar las cosas. O la vida, si se quiere:

Con respecto a las caricaturas, los chistes gráficos en los diarios:

"Hay dos filosofías. Una es leer la tira antes de las noticias y la otra es leerla después. El que empieza por los chistes es el que se está poniendo un airbag , y el que los lee al final es el que se toma una aspirina, algo para el dolor de cabeza".

Ricardo Liniers
, dibujante argentino en suplemento Artes y Letras.



Y ese mundillo loco de los escritores, y los que se creen, y los que nunca lo serán, o lo odiosos que podrían llegar a serlo.


"Los que se acercan a la literatura pueden dividirse en dos grandes categorías: los que quieren llegar a ser escritores y los que simplemente quieren llegar a escribir. Sólo respeto a estos últimos".

Juan Carlos Onetti, escritor uruguayo (1909-1994).





Lo de liniers, completamente de acuerdo (en mi caso necesito airbags, parece). Y lo de Onetti,uf, mientras más escribo, más lejos quiero estar de los escritores y de todo ese mundillo.


Ahora, tallarines. Y entre las dos clases principales, espirales y fideos, hoy me iré por los segundos. Siendo que siquiera son mis favoritos.

Dos, dos, dos por cien (8).

jueves, junio 25, 2009

y tú, de dónde vienes?


Es injusta la vida. Ernesto Sabato vive en un pueblo argentino llamado "Santos Lugares", y yo que hasta escribo acostado, y que me aventuro en maldiciones a lápiz verde, y poesías en azul, y me desvivo descifrando finales de cuentos con tipos que dibujan cartas en vez de enviarlas, vivo en Quilpué y vengo de Chiguayork. Cero brillo. Menos cinco de estilo. Un abucheo para mí.

sábado, junio 13, 2009

like a blogger stone



Bob Dylan también lo sabe:


http://tierragramas.blogspot.com

miércoles, junio 10, 2009

mamita musculosa

yo: me dan ganas de apretar a la gente que teje
tengo un video de mi vieja tejiéndome una bufanda
vita: yo también tengo videos tejiendo
el oscar me graba derrepente
yo: tal vez él me entienda,
en el acto de tejer... no sé, hay tanta entrega
tanto cariño..
tejer para alguien
..es lindo eso
vita: si, yo me siento bien tejiendo para alguien,
me encanta la verdad :P
yo: bkn
es un acto mamita... pero mamita en la ruda
vita: ahahahaha mamita ruda
mamita musculosa

domingo, junio 07, 2009

volver, con los textos en flor...


Señora, señor, si desea leer algo que no sea mi historia, vaya a La normalidad de Martín. El nuevo relato de tierragramas.


http://tierragramas.blogspot.com

domingo, mayo 31, 2009

Entonces



Entonces, te quedas fumando en la puerta de tu casa, como tratando que el humo y su volatilidad se lleve algunas cosas, algunas sensaciones. Pero el cigarro es nada, el cigarro no es más que humo, y si es por humo pregúntale al espejo empañado cuando intentas transparentar tu vista: de humo ya tienes bastante y lo sabes. Y fumas, digo, y fumas mirando árboles, aves negras desconocidas, el tren que se asoma entre las casas, entre las falsedades y las verdades. Entre lo de adentro y lo de afuera… entre los ecos y lo que está en la superficie, a flor de piel. Entre los ruidos del centro, entre el silencio de los extremos. Entre el sol que se empieza a perder y los naranjos que te tiñen de fotografía.

Te dices, Dios, a veces cuesta tanto mantener la felicidad, y qué fácil resulta perderla. Y en la obviedad de tantas frases como esa, no te queda más que afirmar tus convicciones, apagar el cigarro, y volver a entrar en el mundo que te queda. Al camino que has trazado. A tus cosas, a tu cama, a tus películas. A tus formas que tanto se cuestionan. A tu pasado, a tu presente… incluso al futuro del que tan poco quieres reflexionar, pero que debes.

Y la verdad. Vas por la vida sintiéndote orgulloso de la verdad. Llenándote la boca con su nombre, y con todo lo mal que la falta de ella ha provocado en tu vida y en la de tantas personas. La verdad, que a veces trae tantos o más dolores de cabeza que la mentira… Pero igual ¡Cómo no sentirse orgulloso de ir con tan noble sentimiento – podrías jurar que la verdad sí es un sentimiento - por delante! Y que te costara años darte cuenta lo hace mejor aún, piensas. Más sabroso. Como un durazno jugoso que se escurre por tus dedos. Pero la tienes clara, entre suspiro y suspiro lo sabes, lo entiendes: los ríos poco transparentes protegen a los peces de las aves de rapiña. Los ríos cristalinos son hermosos… pero regalan vulnerabilidad a las criaturas que en el se desplazan. Es así, nada más. Mientras más cristalinas las palabras, más vulnerable los peces que nadan en tu pecho, amigo mío.

De todas formas, a pesar de los años que dejas atrás, de las huellas que se borran como pisadas al borde del mar; a pesar de la gente que cambia; a pesar de sentir que la estabilidad emocional saca garras e intenta quedarse a vivir contigo; a pesar de verte reflejados en otros ojos que lloran desesperados al quererte y no llegar a entenderte; a pesar de querer, no depender de nadie, y aún así, a veces sentirte solo; a pesar de todo, de todos, incluso de los sueños felpudos, y de lo acostumbrado que estás a aferrarte a ellos, tienes todo el derecho a tener miedo. Te lo dices con el puño apretado. Con los ojos bien abiertos. Debes ser coherente con las conversaciones que mantienes contigo mismo… y conmigo. Con los acuerdos afables que se cierran en tu interior. Sino es así, entonces cómo. Sino no es ahora, entonces cuándo. Sino yo, entonces quién.

¿Dudas? Cómo no. Nadie dice que es fácil. Resulta frío ver que lo que dices, y que para ti es el camino más seguro y tranquilo, para otros es una carretera maldita que cruza tifones y tornados destructores. ¿De qué forma explicar ciertos movimientos?. Te preguntas hasta el cansancio cómo entregar paz a quién te mira a la distancia de tus propias pisadas. Y el balance, el círculo concreto que te protege, y el que protege a las demás personas. Todo es tan impenetrable. Y es triste, claro. Como cuando te defines como un tipo duro y quieres mandar todo al carajo, pero te sientas a escribir en el silencio más conmovedor de la madrugada, como para dejar registro de que sigues siendo el mismo de siempre, aunque un poco menos que antes, y un poco más que ahora. Un tipo que dialoga consigo mismo, que se increpa a menudo, que se quiere en algunos intertantos. Y que se siente a un rincón de gran parte del mundo, ese mundo que no lo identifica, agradeciendo la alegría suficiente, los amigos que bastan - y lo abrazan -, el cariño, el amor, la familia, para seguir en lo que estima es el tope, la copa de su árbol más verde. Más firme.

Yo, como tu versión interna, sin necesidad de entenderte del todo - cuándo eso ha sido una necesidad - , te lo agradezco. Independiente del error o acierto que estés cometiendo. Eso es un mal humano, o debiera decir un bien humano! el riesgo digo, que por muy consistente que te creas, siempre estará latente. Tú lo sabes, sino te lo digo yo, sino te doy las gracias yo, no te las dará nadie. Hace tiempo ya que es el rumbo que toman las cosas, y voy queriendo hacerte barra con una copa en la mano. Como a ti te gusta. Con alguna canción de Sabina. Con alguna melodía nocturna de Chopin.

Por eso, un brindis grosero a tu salud. A ti, a mi, y a las personas que a veces, inevitablemente, son arrastradas con esas decisiones que de tan correctas, se acercan inevitablemente al error. Un salud con el trago más barato del supermercado, pero con el más consistente de los sabores.

Atentamente, con todo el aprecio que te tengo, tu yo interno.



oguh

sábado, mayo 16, 2009

Las autopistas también sienten

intervención en autopistas urbanas por el grupo grifo www.grifo.cl para el libro TAG


lunes, mayo 11, 2009

muahahaaa!




¡Chuata! me hackeo Marquito!

martes, mayo 05, 2009

miércoles, abril 22, 2009

la tele y sus volás rescatables


De fuera. Extranjero y lo que quieras, pero con una melancolía inusual me despido: adios señor muelle. Emotivo y las pelotas. Emotivo y la conchelalora. Lugar físico sin vida pero con tanta al mismo tiempo. Tanta...

viernes, abril 17, 2009

nada nuevo bajo el sun

Me gusta este tema. Tampoco tengo muchos motivos (o puede que sí...), pero lo canto-silvo-tarareo-balcuceo a menudo.

martes, abril 14, 2009

canciones eternas

Los sorbos de té ya están tibios. Mi cabeza, quizás por lo mismo, empieza a enfocar lo que piensa. Escribo en regresivo a los diez minutos que me quedan antes de salir corriendo a la vida matutina. Siempre a la carrera, pienso. Siempre a la carrera con el pan tostado en la punta de mis dedos.
La verdad no tengo muy claro qué es lo que hago, pero lo hago. Entre hacer y no hacer, dicen, es mejor hacer. Y yo hago. Quiero hacerlo. Escribir y darle con suavidad a las teclas tibias de este catorce de abril. El abril de tantas canciones, de tantos poemas. El abril de las ambigüedades climáticas.
El sol sigue asomando. Pareciera que las nubes se niegan a la lucha, y yo hago barra en silencio. En el fondo quisiera que ganaran la batalla. Es loco, parece que fue ayer cuando me quedaba pegado en mi ventana, allá en el sur, viendo como el cielo avanzaba raudo en una dirección fija. Casi tocando el suelo de pura espesura. Y los árboles despidiéndose de sus verdosas vestiduras con una tranquilidad... o tal vez con dos.
Quiero otoño. Quiero viento y hojas golpeando la punta de mis zapatillas. Quiero hielo en mis pulmones. Frescura filosa. Quiero tener la inspiración suficiente para no detener mi avance escrito. Quiero suponer cosas que son, que pesan, pero dan susto. Lo quiero para poder darle a las historias como ellas me han dado a mí. Para darles vida, para exigirles vida.
Soy de la generación que se toma los tiempos. No alcancé, me quedé abajo. No puedo abordar los minutos como si fueran instantáneos. Como dos cucharadas, revolver, y al seco. Como lo hacen los nuevos. Como los tactos a modo de roce. Como la tarde y la noche en buena compañía. Como la canción que se escucha a ojos cerrados.
Soy de la generación que no me identifica, que no me aborda, que no revuelvo, que no deja conchos al fondo de la taza. La generación que no me hace sentir viejo, que me hace tocar y tocar con tiempo, que no me dan sólo tarde y noche, sino madrugada. Soy de la generación de los amargados, los melancólicos que se quedan suspirando al sol naranjo, que se aferran a melodías desencadenadas en casettes humedecidos. Ecos. Muchos ecos de sonidos eléctricos que debieran olvidarse. Tristes. Más yo me aferro a la alegría, a lo importante. De-generación corrupta que en el fondo me gusta. Como a todos. Como a todas...

Y acá que hincho mi pecho en la previa a la sonrisa. Es como si me preparara para todo. Y acá que la mano, los ojos, la boca, las piernas envolviendo. Cubriendo mis miedos como si una húmeda lengua alimentara mi existencia. Como si tu lengua fuera la lengua del mundo. Lejana, sí, como cuando bailas, pero al mismo tiempo tan cerca, sí, como estos sorbos de té matinales. Como abril y sus canciones eternas.

martes, marzo 31, 2009

Ahhhh!!!! U-NA-GI!

Lejos uno de los episodios más frenéticamente ídolos de Friends. Unagi y el engrupimiento de Ross.

jueves, marzo 19, 2009

The Kills - Tape Song



no. nada que ver con The killers. no sea porfiado.

jueves, marzo 12, 2009

cosas del fútbol





Basta con decir que los días de mierda terminan aromáticos. Musicalmente exquisitos (de vez en cuando la vida nos besa en la boca, dice el cantautor), silenciosamente susurrantes. Como para cerrar los ojos en plena oscuridad; como decir que finalmente tienes un inicio... al "final".
Y así: jueves que se acuesta para dar paso al viernes. Ese viernes en que mi persona favorita sonríe entre buses naranjos.


Sí.



Los días de mierda se creen cabrones, implacables, pero no me la ganan. Bueno, a ratos sí, no les voy a mentir. De todas formas, con escoba en mano, con una pala plástica llena de basura, la cosa adquiere aires heroicos. No sin ganas está todo brillando a esta hora de té caliente. Sino, si lo que digo es mentira, que levante la mano la guitarra. O el grillo. O el caballo ballena que chapotea al centro de mi taza caliente.

jueves, marzo 05, 2009

sin necesidad de jurar


A esta hora los zancudos me pican por primera vez en tiempo ya. Y es extraño porque hasta me alegro de no ser completamente inmune a sus picaduras. Los felicito por sentirlos revolotear mi cabeza. Los felicito, eso sí, si es que eligen partir antes que me digne a dormir, señores Zancudos.

(Alguien será muy feliz con estas declaraciones!)

Zancudos. Revoloteo minúsculo. El sonido de los libros. El aroma.
Es gracioso volver a leer. Es gracioso, digo, porque en mi caso la cabeza como que se abre un poco más. Bajas el libro para respirar, para mirar el techo, para recordar el más reciente beso excitante, una sonrisa soleada, y es un estallido que sale directo por mi frente y me expande hacia los lados, acaparando escena, imagen, existencia. Leer, escribir, necesitar. Es relevante cuando me doy cuenta que hay una especie de hilo conductor que une esos tres sentires. Sentires, los libros, sentires lo que ellos traen. Así como todo se une con todo para ser, para significar. Para agarrar vuelo y elevarse si se quiere.

Pero bueno, hoy es jueves y la quinta región comienza a dejar atrás su verano festivalero. Los escolares gritan por Freire, y los buses, histéricos como siempre, hacen sonar sus bocinas destempladas, acaparando existencias dormidas por la mañana; despiertas y cansadas por la tarde.

Jueves. Jueves. Aunque ahora ya es viernes, y quisiera tomarme una copa, quizás. Una copa de salud por la vida. Por la vida grande y chica. Por mis sueños cumplidos y los que me siguen el camino. Una copa. Una simple copa.

Y yo que voy a paso seguro, escuchando tus canciones, masticando las mías, desechando las de otros. Mirando gente que pareciera no mirar nada. Acaparando con el café de mis ojos enrojecidos lo que quiero que se ramifique a mi alcance visual. Porque cómo quiero guardar imágenes, ¡Cómo quiero! Aunque a veces sean las imágenes las que me atrapan a mí. Pero me declaro culpable. Un dulce culpable.


Vueltas. Las vueltas de la vida. Es extraño a veces ponerse a pensar en los caminos que has tomado. Es un balde de agua fría (tal vez un balde pequeño, pero balde) que te redespierta luego de la mañana. La segunda vez, o la tercera que, dicen, es la vencida. En mi caso, ni siquiera se trata de entender lo bueno y lo malo en las decisiones. Hace tiempo voy abrazando mis pasos, regando de vida verde mi camino. Es un poco más bajo la piel, casi llegando al centro de la historia propia, ahí donde ríos de sangre corren bajo puentes y puentes, esos que año tras año voy construyendo para simplemente llegar al paisaje deseado. Para simplemente estar donde estoy ahora. Para detenerme un rato y respirar tranquilo. Aunque los perros aúllen en la lejanía. Aunque mis noches solitarias ya no lo sean tanto. Aunque los zancudos decidan justo ahora no largarse, y beber de mi toda la noche. Y cómo quisiera beber de ti, o beber contigo. ¿Mucho sería pedir ambas cosas?

viernes, febrero 27, 2009

Schopenhauer, te ganaste un schop!


"Para tener ideas originales, extraordinarias y quizá hasta inmortales, basta quedar extraño completamente al mundo y a las cosas por un momento."

lunes, febrero 23, 2009

no pienses, escribe. Te lo dice, la noche...


Esto está super bien. Es decir, super bien, ¿cachai? Acabo de ver una película de aquellas, termino queriendo hasta quedarme con su banda sonora, y así, buscando, me encuentro de pasadita con un disco que merece descarga inmediata. Jazz in Paris se llama. Y no sólo eso, la cosa no es un disco y chao, es el volumen 5. Harto, extenso, mucho lucho. Cinco volúmenes es como para abarcar mucho y apretar poco. Reviso y reviso el blog y, mientras bajo la banda sonora (que a todo esto se descarga de megaupload. Pulgar arriba para eso!) veo que es uno de esos sitios en el que se comenta y descarga música de películas, o que parece música de películas, o que a veces es de películas (me puse a escribir esto sin revisar demasiado. Obviamente lo entenderá si lee lo del post pasado). Y me gusta. Cómo no va a ser un gusto ver algo como Me and you and everyone we know, encontrar la banda sonora, recibir de yapa un disco de jazz francés, y mirar por la ventana sintiendo que a pesar de ser de noche, a pesar que gran parte de un pais se apronte a ver un festival, se nota que las nubes, que los algodones con grafito molido, lo cubren todo y que el sol asfixiante se largó al menos por hoy... con posibilidades ciertas de un mañana ausente también. Pero del mañana no hablo mucho, la verdad. Acostumbro a no hacerlo tanto. Tanto. Pero del hoy, de lo de hace un rato, un ratito, de lo que escribo ahora mismo, de lo que acabo de teclear, de eso sí. De eso claro que sí. No tengo problemas en ejercitar la mano dándole rienda suelta a las palabras.

Te lo dice... ¿la noche? No poh, te lo digo yo, que te escribo de noche.

Excelente. Son emociones pequeñitas, emociones clandestinas y pequeñas. O envueltas para hacerlas pequeñas, no sé. Por ahora, el audio exquisito de una Sayaka que dormita, unas fotos en alta, una película para empezar la semana, un sentimiento verde como el té que me acabo de tomar. Suena un tema que se llama A Summer Long Since Passed. Si bien es el tema que cierra la película, acá es el que abre el disco. Cerrar y abrir. Yo estoy abriendo más que cerrando. Es como decir sí en vez que no. Positivismo sin necesidad de andar sonriendo por la vida. Bien.

Podría tomarme unas nuevas vacaciones, pienso. Y es que todos los fines de semana estoy tomándome vacaciones. Podrían llamarme cara de nalga, gozador, vividor de la vida vivida, o manantial que nunca deja de nacer. O para de gozar. Ahora (digo ahora cuando ahora ya no lo es, porque a medida que escribo ya es antes, pero...) quiero dibujar. O escribir estaría bueno también. Pero como ya lo estoy, es el primer paso cumplido. El segundo, el dibujo (alguna vez creí que el segundo paso sería el dibujo?), podrá nacer ahora.

No quiero hacerla fácil pero tampoco difícil. Si quiere descargar el filme y hacerla corta, pinche el afiche de arriba y vaya al link (grande taringa y mandyluv!). Ahí encontrará muchas películas en descarga directa. Un link, sólo un link (megaupload. Pulgar en alto también) y a esperar por el buen rato descargable. Entre ellas, entre los filmes, si ud es una persona paciente encontrará la joyita que acabo de mencionar. Si no le gusta, olvide mis comentarios. Si le gusta, acuérdese toda la vida. O un rato más que sea.

Adiós

viernes, febrero 20, 2009


"Hay que escribir apenas se te vengan las ideas a la cabeza". Siempre termino ordenándomelo cuando me enfrento a la maldita hoja en blanco. No sé, los escritores ( o los que se creen escritores, como yo) debieran tener un querubín volador en miniatura que al momento de las crisis tomara nota de las ideas flotantes del día. Ahí, apenas el fuego nace de los aires secos, podría registrar con el sentir y chao con la sequía creativa (no sé porqué imagine que esto lo decía sentado en un bosque de bambú, en la posición de meditación. Muchos ecos. Una cascada a lo lejos. Brisa. Un completo de la Parada 26).

Pasa que cuando guardas, o mejor dicho, cuando aplazas el ejercicio de plasmar, es olvido seguro. Y si vas a andar en esas, botando granitos de historias por la calle, todo mal. Me pasó ayer, me pasó hoy en la mañana también. Qué porquería, tanto que decir, tantas frases que redactar, tanta imagen repleta de detalles, y yo esperando acordarme al termino del día. Tiernamente iluso. De lo único que me acuerdo es que tenía que acordarme de algo, y eso no me sirve de mucho...

Creo que tendré que comprar una de esas libretitas en miniatura que tiene Sayaka (reconozco que no puedo resistirme a hojearlas cuando están a mi alcance, lo siento), o... grabar audios había pensado también; tener a la mano un grabador de sonidos al que recurrir cuando se me venga la inspiración (inevitable pensar en el personaje de la publicista de Survive style 5 +). Ya me veo:

"- Ok, idea número veinte: un tipo que avanza por una escalera de concreto y se encuentra con su propia imagen que desciende, pero de niño. Nace un dialogo entre ambas versiones..."

Luego de grabar tendría que mirar al techo con la mirada perdida y reírme conforme. O llorar, según el tipo de historia que esté naciendo.

De todas formas, se me hace un poco mucho andar grabando las ideas... un poco exótico igual. Además, para ser sincero, me gustaría que el proceso fuera de una línea. Perfeccionarlo, desarrollarlo, pero que fuera una sola senda. Es decir, si es escrito, que lo sea desde su nacimiento. O pensando en que primero lo piensas, lo imaginas, vendría siendo CASI desde el nacimiento. Pero en fin, a lo que voy... lo de la libreta se me muestra como mejor opción. Más simple. Más romántico igual. Un registro táctil que puedes acariciar, guardar, compartir, oler.

Y así hoy, pensé en escribir acerca de las veces que se quiere pero no se puede al instante y se te olvida y te quieres dar cabezazos por no haberlo escrito a tiempo. Pero lo pensé y lo transcribí de una. Y acá estamos: varias líneas de puro amor a lo que no era pero es. 

Hay un orgullo pequeño en todo esto que me encanta. Un nuevo y pequeño bing bang que estalla en el espacio que hay entre dedo y dedo. Entre ojos y ojitos. Entre nube y cielo despejado.

miércoles, febrero 04, 2009

cinco


Fueron tantas las explosiones que en un dos por tres ya estaban bajo la mesa. No es que fuera el mejor lugar para escapar de una muerte segura, pero la inercia de esos ensayos en el colegio dio resultados.
- ¡Operación Deisy!- dijeron con las manos en alto.
En medio de tanto ruido siquiera se podían escuchar, pero suponían que pedían cosas a Dios. Principalmente la vida. En eso, Camila lloraba tanto que renata se reía. Pero era una risa nerviosa matizada de un sonido de lengua un poco extraño. Un sonido de lengua, bien digo, por que los dientes ya desaparecían. Ambas lo notaban y lo decían, pero no se escuchaban, sobre todo porque pensaban que pedían cosas a Dios. Pedían dientes, y la vida.
Camilia dijo cinco veces que no quería morir, ante lo que renata hizo sonar cinco veces su lengua. Entonces, recuperando unos tres dientes que estaban en medio del fuego, Renata agarró una valentía azul fosforescente. Camila seguía llorando, y esta vez pedía a Dios la vida, pero la vida de Renata que se aprontaba a salir por la puerta.
- No tengo miedo. Miedo tienen los cobardes. Los cobardes con Dientes, ¡NO TENGO NADA QUE PERDER!
- ¡Te voy a volar la raja, mierda!
- ¿Quién habla?
- Yo
- ¿Quién mierda es yo?
- ¿No que eras tan inteligente y detallista?
- ¿Camila?
- La que viste y calza
- Me dijeron que las bombas no se ponían entre hermanas, ya te estás pasando.
- Me dijeron que los dientes no se perdían a esta edad, y ya ves.
- Ah, es mejor que te calles, vienen las bombas más duras.
- Las bombas no son duras. Duras son las palabras.
- Un momento, no puedes ser tú. Estabas bajo la mesa, conmigo. Te reías con ganas y hacías sonar la lengua.
- Mira – abre su boca vacía -, de qué lengua me hablas.
- ¿Y qué te pasó?
- Dame un segundo. Mejor tres. Preparo la bomba definitiva.
Camila dijo cinco veces que renata era una hija de puta, pero como eran hermanas se retractó a los cinco segundos . Las bombas comenzaron a sonar como lenguas, y ahí Camila entendió que el sonido emitido por su hermana no era ella, era la bomba. La gran bomba dura que decía. Pero ya no sentía miedo, ni llanto, ni nada.
- Ahora vas a decirme hermana, y vas a decir que me quieres tanto como para perder todos tus dientes.
- Déjate de decir huevadas. Nadie quiere perder los dientes.
- En un momento, no sé si te acuerdas, lo único que quería era perder los dientes. Y le decía a todos, pero todos creían que estaba loca. Y locas son las que quieren dientes, y temen a las bombas. Las bombas duras de las hermanas. Las hermanas que se quieren, hueona pesada.
- ¿Me dijiste pesada o es cosa mía?
- No, me malentiendes. Es el que escribe.
- ¿De qué hablas?
- Esto no tiene ni pies ni cabeza. Eso de los dientes, de las hermanas que discuten por las bombas; todo eso es obra de un tipo que escribe mientras escucha Los bunkers.
- Ahora voy entendiendo. Entonces siquiera existimos.
- Bah, eso podría debatirse: cuando el dialogo se desarrolla así es porque ya tienes un poquito de vida. Pero en el fondo, según entiendo, somos ficción, con un poquito de vida.
- Un poquito de vida, claro. ¿Aún tienes la bomba? Yo aún tengo dientes, mira.
- Sí, tengo bomba. Varias. Y tengo todo lo que siempre quise tener. Mira mis tetas, mi culo, mis pies, mis uñas, mi pelo rojo, mi boca roja, mis sueños rotos. Es lindo eso, los sueños rotos. Es decir, suena bonito.
- No puedes tener sueños rotos, imbécil. Los sueños no se rompen, simplemente se van.
- Chuta, si te vas a poner así mejor terminamos el cuentito y hacemos estallar la bomba.
- No, ahora tengo la mesa, y la operación deisy nunca se olvida.
- Una bomba caga mil mesas, estúpida. Eso lo sabe hasta el que escribe.
- Dale con la tontera. Yo no veo nada más que un mundo destruido. Dónde podría esconderse el que escribe.
- Suele hacerlo tras una pantalla de pulgadas dudosas. Ta vez si…
- ¿Ta vez si lo buscamos? Oka, ¿y qué hacemos con estas bombas?
- Nunca se saben cuándo podrían necesitarse.
- Yo las llevaría
- Yo las llevaría también
- Y yo…
- ¿quién eres tú? ¿de dónde mierda saliste?
- No sé, al escritor se le ocurrió ponerme acá. Bien rara la cosa.
- Rara…. Mira, tengo dientes.
- Mira, tengo bombas y culo y tetas.
- Oye, ahora que te miro bien, yo te conozco.
- ¿Ah, sí?
- Sí po, del grupo de facebook de hace quince años… bueno, cuando el facebook era inofensivo.
- ¿El de señoritas en bikinis bonitas?
- El mismo
- Ah, mira qué loco, yo no me acuerdo de ti.
- Será porque en ese facebook no tenía tetas ni culo ni pelo. Ahora la cosa cambió.
- Mish
- Mish
- Mish
- Bueno, ahora somos tres en este mundo infecto. Tenemos bombas, recuerdos, dientes, culos, tetas. Tres personas cagándo fuera de tiesto, haciendo caso a un escritor de mierda que se cree locazo.
- En el fondo igual es loca la cuestión.
- Super
- Shuper
- Logo
- ¡Ah mierda! Puse la bomba sin querer!!!
- ¿Oye, ese que está ahí no es el escritor?
- Ni idea, nunca lo vi
- Ya, ok, pero está tecleando. Fíjate, ahora está escribiendo “ahora está escribiendo”. Justo lo que dije.
- ¿Es que son imbéciles? Hay una bomba apunto de estallar y se preocupan por huevadas.
- Es que si es el escritor podríamos decirle que escriba “y la bomba se desactivo y terminaron mirando un atardecer, y se comieron unas empanaditas camaron queso”.
- No existen las empanaditas, ni los camarones, ni el queso. Sólo existimos nosotros. Como que este huevón, el que escribe, no tiene más imaginación que un mundo en el que comparten tres personas. Es limitado.
Entonces la bomba se desactivo y terminaron mirando un atardecer, y se comieron unas empanaditas camaron queso. El sol, en aquel momento, se veía tan perfecto que olvidaron el sentido de todo lo que habían vivido.
- Nos cagó po. Terminamos viendo el atardecer y comiendo camarón queso y con la bomba desactivada y compartiendo con cientos de personas.
- Buena onda, galla. A todo esto, Camila, ¿porqué lloras ahora?
- Déjala, tu hermana es así.
- Qué te metes, huevón. Uh, eras hombre, recién lo noté.
- Si po, hombre. ¿Ahora entiendes porqué te miraba tanto las tetas?
- Verdad! Camila, mira, era hombre este huevón, por eso me miraba las tetas. Chucha, ya po, para de llorar.
- Ahora que descubrieron que soy hombre, puedo sacarme el bikini. Eso sí, hay tanta gente que me da plancha.
- Uy, no te vayan a mirar no más po. Si al escritor se le olvidó que la gente tiene que tener rostro. No pueden verte. Sácate el bikini con confianza, loco. De paso te miramos un rato. Somos ficción, y no vemos un hombre desde que dijimos eso de la bomba.
- Ya, listo, me saco el bikini entonces.
Camila paró de llorar, renata se empezó a reír, y la gente de la playa, la gente sin rostro, empezó a mirar, a gritar, a chillar. El hombre, que hasta ese momento no tenía nombre, empezó a sentirse incómodo: estaba desnudo, bien desnudo. En pelotas. Renata dijo varias cosas que no se sabrán porque el escritor no las puso. Ambas, delante de todos, empezaron a besar al hombre. Al hombre ese que no tenía nombre. El hombre, bien excitado a esas alturas, le hizo cosas extrañas a las mujeres. Sobre todo a Renata que era la que tenía culo, tetas, pelo, dientes, lengua, pero que no tenía bomba. Quizás por lo mismo. Camila, muy lloriqueando, dijo una frase para el bronce. La gente de la playa dijo “uh”. Y, unidos en el sonido, pareció el llanto de una ballena.
- Eras hombre po. Y bien hombrecito el gil.
- Sí, era hombre, y bien hombrecito, pero no gil. Para el bacilón.
- Renata, vístete que nos vamos
- Me siento bien así
- Vístete
- Ya oh, todo porque tengo tetas, culo, dientes, pelo.
- Sí, tu hermana tiene todo eso. Se ve mejor así, en pelotas. La ropa le sienta mal.
- Renata, vamos.
- Ya voy, déjame un ratito.
- Renata, vamos o lloro otra vez.
- Ya voy
- Renata…
- Ya, Renata, dejemos esto para después. Camila tiene razón. Toma, te regalo mi bikini. ¿Oye, dónde está mi bikini?
Toda la gente de la playa, muy atenta al dialogo dijo “oh”, pero como no era “uh”, no sonó como ballena, sonó como elefante, o algo por el estilo.
- Esta playa, ¿cómo se llama?
- Preguntemos al escritor.
- Renata, el escritor no existe. ¿Ves? Ya me voy a poner a llorar.
- Chucha la mina complicada…
- Pucha, ya, haz la locura de preguntar al escritor. En una de esas te responde.
- Cabras, me aburrieron. El bikini no apareció, esta gente no para de mirar, y tengo un mundo que descubrir. Chaito.
- Oye, eres hombre o no eres hombre. Aparte, siquiera nos dijiste cómo te llamas.
- A ver, por parte. Primero pregunta al escritor cómo se llama la playa.
- Señor escritor, ¿Cómo se llama esta playa?
Entonces se abrió una nube, se proyectaron como cinco rayos de luz, y se escuchó una voz que dijo: playa blanca. La playa se llama PLAYA BLANCA.
- Renata, no puedo creer que te respondiera.
- Debe ser porque tengo culo, tetas, pelo, dientes.
- Ya, ahora que sabemos el nombre de la playa, les digo mi nombre.
- Uy, sí. Querímos puro saber.
- Renata, se dice queremos.
- Buta la hueona pesá.
- Ya, quieren o no quieren saber.
- Quiero.
- Quiero
- Queremos.
- Me llamo Nicanor.
- ¿Nica? Como el hermano de la Violeta.
- Ah, mira, no lo había pensado, Renata. Tienes razón. Tienes razón, culo, tetas, pelo.
- Ya, y dientes... Renata, ¿vamos?
- Oye, para el hueveo. Ya parece que fueras un personaje depresivo. Señor escritor, dígale.
Entonces la nube se abrió otra vez, cinco rayos de luz y la voz dijo: “Camila, para el escándalo. No porque tu hermana tenga culo, tetas, dientes, pelo, vas a venir a cagarme el cuento”.
- Si ud lo dice, es ley. Renata, ¿vamos?
- Oye, oye, qué onda. El hombre, que ahora sabemos se llama Nicanor, ya no está.
- Se fue mientras hablaba el escritor. Dijo que te metieras tus tetas, tus dientes, tu pelo, por la raja. Pero como tu raja es tu culo no sé cómo lo vas a hacer.
- Que es huevón. Las cosas que se le ocurren. Mira, yo tenía el bikini puesto. Nunca se dio cuenta, es muy pavo.
- Renata, ¿vamos? La gente está mirando otra vez y no quiero que hagan “uh”.
- Vamos. Primero guardo la bomba y nos largamos.
- Chucha, ¿dijiste la bomba?
- Conchetumadre, apareció la bomba, Camila.
- ¿viste?
- No es el momento de llorar.
- Entonces me río.
- Mira, la gente se fue.
- Se fue la playa también.
- Y las empanaditas de camarón queso.
- Y todo menos tu culo, tus tetas, tu pelo, tus dientes. Pucha que tienes suerte, Renata.
- Eso es verdad. Gracias señor escritor. Esto de que ud me haya dado toda esta voluptuosidad es un gran premio, de verdad, pero ¿qué onda con la bomba?
El cielo no se abrió, tampoco aparecieron los cinco rayos, tampoco sonó ninguna voz.
- Tupendo. Este huevón se mandó a cambiar. ¿Ahora qué hacemos?
- No sé, Renata.
- ¿Qué hacemos?
- Te dije que no sé.
- Ah, ya sé, cuando la bomba estalle pensamos en la playa, las empanaditas, en el hombre, el que ahora sabemos se llama Nicanor. Pensamos en mis tetas, en mi culo, en todo eso. Pensamos y pensamos, fuerte, a todo cachete.
- Eres tan ordinaria, Renata
- Eres tan saco de huea, Camila
- Ya, la bomba fue idea tuya. Bah, idea del escritor, pero para ti.
- ¿sabes?, ya ni me acuerdo. Cuando me di cuenta de todo lo que tenía, cuando me di cuenta que ella era él, lo único que quise fue lanzarme a la vida, al sexo y las perversiones. No me importaron las bombas, el que fuéramos de mentira, nada. Algo me dice que con este cuerpo voy a llegar lejos. ¿De dónde habré sacado eso?
- Del escritor. Los escritores son así.
- Te digo algo, pero piola: el escritor no es escritor. Se las da de escritor.
- Ya, Renata, pero tampoco seas pesada. Además, ¿Qué onda con la bomba?
- Está a cinco minutos.
- Uh. ¿Y qué hacemos bajo la mesa?
- Hum, acá empezamos.
- Entonces las bombas están afuera.
- Verdad, no lo había notado.
¡Operación Deisy!
Entonces todo empezó otra vez, aunque ahora la de las tetas, el culo, el pelo y los dientes era Camila. Renata nunca volvió a ser la misma.
De Nicanor nunca más se supo.
El escritor que se las da de escritor subirá el relato más enter shift de su historia. De puro loco que es.
chaito no más

martes, enero 13, 2009

yo, a veces, yo, otras veces, y el tiempo que sigue tirando cartas al aire

"No es un cover, o una base ocupada... es alcance de melodías, nada más"

Yo, en algún momento del día, o de la tarde, o de la bien tarde (aunque no creo)

martes, enero 06, 2009

camino al jardín


No sé. Es como si un día cualquiera te adelantaras a la persona que te encuentras camino al trabajo todas las mañanas; pasar unos segundos antes por esa esquina y ver que ese señor, el de siempre, viene lejos, que subirás primero al tren. Lograr distinguir en esos segundos lo de siempre, pero con desvíos en las sensaciones, piezas dispuestas en otra ubicación. Es un poco la vida cotidiana pero en niveles extraordinarios. Podría explicar de muchas formas todo esto, ¿sabes? pero a estas horas de trenes sordos no puedo más que decir lo que me nace, muy desordenado, como mi cabeza, como los dedos al escribir lo que escribo. Tal vez en alguna oportunidad, cuando volvamos al parque, pueda responder los deseos de nuestras manos, de nuestras bocas, de nuestras mentes. Y las bombas de flores que estallaran a nuestro lado nos dejaran sordos, mudos, pero nunca ciegos. Pero nunca, insisto.

A estas horas de la noche las casas parecieran florar. Sus techos son alas rectas, firmes, y van liberando plumas de zinc como si nada. Me gustaría poder fotografiar sensaciones, tener ese poder, poder mostrártelas cuando vuelva a tenerte cerca y no tener que hablar tanto. Los aviones a lo lejos explotan, sus luces quedan levitando, y yo me quedo tirado en el sillón leyendo las noticias de espectáculos para ver qué es lo que haremos la próxima vez que caminemos por ahí.

En eso la puerta, el par de golpes, y yo que avanzo descalzo para abrir. Es madrugada, hasta los grillos duermen. Es tonto, pienso que eres tú.. pero es otra persona, es otra persona que no conozco, que nunca he visto en mi vida, pero le sonrío y le invito a pasar. Ahora, mientras escribo esta parte, está acá a mi lado, recortando fotos del diario que hace un rato leía. Le conté un poco lo que siento y me dice que entiende a lo que me refiero. Que entiende perfecto. Me dice que a él también le pasó, que aún lo vive. Lo extraño es que no habla, al menos no de la forma que conocemos. Lo que dice me llega por medios que desconozco. Pero ve, pero observa, pero gesticula. Es lo importante, pienso. Eso y que entienda. Le muestro tus cartas, tus recortes, tus collages, y sonríe. Su cabeza gira como apunto de desprenderse del cuello, pero es su risa, es su forma, su estructura.

En lo que voy a buscar un trago para compartir, veo y ya no está. Medio minuto, no más, y la puerta, y la ventana, y las cortinas, ya son luminosas. Es de día, mujer. Podría contarte tres onomatopeyas más de aves que cantan a esta hora, y te encantarían, pero no lo haré en respeto a tú dificultad para reproducirlas. Además, debo preparar mis maletas para verte otra vez. No sé muy bien lo que pasará pero hay algo de cotidiano extraordinario, un poco de espectáculo y sonrisas: igual, mejor, superior. Cierro todo y salgo, salgo cantando la canción que no existe pero siempre te cantaré. Los grillos me observan desde la esquina de la puerta, y me cantan también, me cantan el tema de la alegría (o alegoría?), que es justamente como me siento ahora. Y espero mañana, y pasado, y pasado, entrando y saliendo de tu hermoso jardín, esperando tus dedos eléctricos sobre mi áspera cara insomne.

sábado, enero 03, 2009

=)

¿cuál es tu función en la vida?