domingo, agosto 23, 2009

yo invito al té


Hace varios minutos que la toyotomi de mentira seca mi ropa. No tengo música puesta y el extractor, protagonista de los ruidos actuales, se lleva la humedad que pueda quedar en el ambiente. A la izquierda mi taza humea un té verde recién servido. Yo lo miro de reojo y me invito al primer sorbo. Rico.

He visto películas extrañas últimamente. Me atrevería a decir que son las más extrañas que he visto hasta ahora. Anoche, si bien estaba trasnochado del viernes, me quedé viendo películas hasta cerca de las cuatro de la mañana. Y luego música, y escribir un relato, y un orden mental para un domingo que no quiso empezar como quería: parece que me resfrío. El premio al esfuerzo…

Volviendo al cine, no sé, las cosas extrañas, los diálogos absurdos, las escenas un poco retorcidas, dobladas, tendidas, me dan valentía para publicar algunos relatos que creí incomprensibles. Y aunque de verdad lo sean, qué diablos! Es decir, el otro día vi a un viejito grabando sonidos en el metro, y otro a un tipo descalzo que pisoteaba charcos de agua una noche post lluvia. O sea, si la vida resulta así de extraña a veces, hay que darle de comer con más extrañezas sin aliñar. Aparte de letras regadas, yo invito al té. Es mi palabra

jueves, agosto 20, 2009

la gracia

Hard to explain, como el tema que suena ahora. Y el tiempo que pasa y pasa, cortando el aire a ratos (y a ratas). Como mucho y si fuera el sonido de una flecha (una flecha verde, brillante en sus extremos, luminosa en su centro). Una flecha y su paso a celeridad absoluta. Silvando secamente el entendimiento, ahí, justo cuando se termina el vaso y miras el fondo.
Y cachai, así se ve todo ahora. Aunque... No "ahora". No quise decir eso. Quise decir de vez en cuando. A veces. Sometimes. Entre los dedos helados y las camas tibias da para pensar mucho. Entre las canciones a volumen escandaloso y el piano saltando en puntillas. Y los tragos con amigos que brindan sinceros por el futurama eventual. Esos amigos que - nunca está de más decirlo - se merecen algo más que el cielo. Sobre todo tomando en cuenta que el cielo como premio está hoy muy pero muy contaminado. Como algunas personas... Si me pongo autocrítico, como yo.


Ahora, cómo llegar de un tema de the strokes a los merecimientos amistosos y la contaminación humana? es esa la (des) gracia de divagar.

miércoles, agosto 12, 2009

es cinco y no tiene título


Ejercicio. Pensamiento tardío de un miércoles a la tarde (la cabeza de pescao gratuita):

Si hay algo que me da risa es decir que algo me da risa. Decirlo. Mencionarlo. Y darme cuenta de eso, como si fuera poco, me da más risa todavía. Es como cuando digo que estoy contento. El sólo hecho de decirlo ya le suma felicidad al momento. Y escribirlo, puf... ¡una locura!. Lo único que no he experimentado es decir que estoy contento cuando no lo estoy. Para ver si hay algún cambio positivo, digo. Sería la papa. Aunque, claro, en el fondo me da miedo que la palabra no sea tan potente como pensaba; quedarme con la idea de recurrir a ella como mero destacador, de esos verde fosforescentes.

Nada que ver con hoy, pero de pronto rompo con la línea, por puras ganas de joder no más.

domingo, agosto 09, 2009

soediv

A veces un sábado en la mañana




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no tengo libro, pero tengo videos