jueves, diciembre 15, 2011

iluminación sin cargo (o cuando me gusta la gente)


En la modestia y la maestría que los años de meditación en el tibet me han entregado, me dispongo a declarar, con tranquilidad incombustible, que el pan tostado sabe mejor cuando es con huevo frito y te lo comes en la mañana. Ahora, si afuera está nublado, es jueves y tu hijo te sonríe con entusiasmo antes de partir, la amanecida es suavecita; las cortinas flamean a lo bandera y en una de esas me da por caminar chasqueando los dedos.
Entonces, el bus, la calle, la gente, los perros, y todo el resto de las erupciones cutáneas de la vida, son como un ruido aparte. Valparaíso y yo en Valparaíso, dos cosas distintas pero unidas en un punto, en unas cuantas miradas, en otras tantas escaleras preguntonas. A veces me gusta la gente. Pero sólo a veces.

2 comentarios:

María de Magdala dijo...

Se podría decir que hoy yo esoy sin ilimunación, porque hoy no me gusta la gente.

Saludos...con pies de ataúd, como diría don Nica.

María de Magdala dijo...

Oh, que escribí mal ese post por Dios!
Era el día, seguro, o los pies de ataúd.