viernes, febrero 01, 2013

Esta foto la tomé en la mañana. Valparaíso está nublado y está en miniatura. No me venga con que el día está feo. Los días nublados me remiten a mi VIII región, y los queltehues hacen música cuando, como dice mi vieja, pasan "pidiendo" agua. Lo nublado me hace respirar más profundo. Además, hay miles de cosas interesantes que se pueden hacer un día "grafito". ¿porqué el apelativo negativo? Hay días feos soleado, días feos nublados, y bellos, para ambas luces.

Como sea, hace tiempo no escribo. Es decir, escribo, pero no me siento, no me dedico, no le pongo el pino que le ponía hace un tiempo. Tengo cosas que decir, cosas que al mundo le importan un soberano pico, pero a todo este mundillo de bytes y pulgares en alto pareciera cubrirlos una estela de deseos insoportables. Nunca la conformidad. Conformarse es algo así como sentarse de pierna encima. Gente hambrienta. Siempre más y más. Entonces, si quieren más, les doy más. Les doy mierditas, trascendencia y qué se yo; lo que se me ocurra.

He leído muchas cosas. He ilustrado otras tantas. A medida que el tiempo pasa, que las canas ya no son tan tímidas, a medida que mi hijo corre más fuerte, el crecimiento mío va tornándose pálido pero firme. Como una especie de nube espesa, pero liviana (vuelta con las nubes) Algo difícil de medir, si me pregunta.

Pero en fin, escucho una canción antigua y es automático: el viaje se produce con la fluidez de la inercia.

Ok, no tengo intenciones de mencionar nada más. Ahondar ahora sería como tomar un té caliente a todo sol. Cuando el sol está feo, claro.

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