jueves, septiembre 23, 2010

especial protagonista

Va la hormiga desenredando sus antenas ante el sol maravilloso que la ilumina. Son las 18:00 o algo así, unos quince pájaros no identificados graznan desaforados al borde de un poste. Las gracias en silencio no parecen ser suficientes, quizás por eso el observante se sienta a reflexionar al rincón de una maleza amarillenta, roída y con olor a meado. Gracias por todo, por estar incluso aquí. Los pájaros, los pies de la gente, las gotas de alguna manguera hedionda, nada podría destruir semejante brisa, piensa, y cresta que la tibieza es agradable. Ni siquiera una araña gimnasta, una discusión cotidiana, un fin de mundo de mañana. El de nada que podría esperar, tal vez encarnado en la típica voz con ecos aparecida en una nube, se traduce en una mierda de ardor de espalda, pero qué va, así es la vida.

Mientras, va la hormiga a paso seguro, de tronco en tronco, de roca en roca. El observante se encuentra otra vez con ella y se queda en eso, pausado, melancólico, sonriente. Unos minutos, ya es de noche. Unos minutos, ya no eres lo que eras. A lo lejos el mar pareciera una cortina tirada a la suerte del viento, pero como nada es lo que parece, el observante vuelve a mirar la hora, despertando de la pausa que sí era lo que era. Prende un cigarro, se marea y continúa su camino.

La gente no parece feliz, sobre todo los que caminan solitarios, y el observante, a pesar de todo lo bien que pueda estar, tampoco lo parece. Esas son weas inclasificables, insolucionables, se dice mascullando entre volutas de humo. El misterio del mundo a veces lo sobrepasa a velocidad turbo. Pero a veces el asunto es más simple de lo que el mundo cree que es, y cuando eso pasa te complicas de puro simple. Y es ahí cuando el observante se siente uno de esos especiales protagonistas, los principales de algo que en una de esas nunca se estrenará, pero existe.

Ya son las luces, las bocinas y los autos, el observante se pierde bajo un puente y uno de los quince pájaros, el más curioso de todos, lo observa ser uno con los demás. Otra hormiga más del universo.

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