martes, junio 07, 2011

Esperando el impacto

Miren la tontera pa grande, señora, señor que nos está leyendo en la comodidad de su casa; venir a decir que el fin de mundo se acerca y que un terremoto mundial, uno grado 10 para arriba, nos va a hacer mierda, porque... porque somos unos pecadores ejemplares. Ahora ok, si no es eso junten miedo gente!, porque es Haarp, los gringos, Salfate, las conspiraciones, los marcianos, los top secret, área 51 y control climático de la mano de Nikola Tesla y sus antenitas de vinil. Y si no es haarp y si no es algo de control humano, agárrense más firme aún porque es un cataclismo que la madre natura gesta, de puro vengativa que es, porque contaminamos, porque no respetamos nuestro entorno y porque merecemos irnos a la cresta y hacernos insignificantes de un paragüazo.

Una u otra o ninguna.

Mientras Chile, saliendo de un Terremoto, tsunamis (propios y réplicas de desastres nipones), y de ahí a temporales, cordones volcánicos en plena erupción y alguna tromba marina que jode por el sur. Y la gente se asusta, cómo no se va a asustar, corre la voz de cosas que pueden y no pueden ser, que el fin de mundo, que se viene algo grande, que estamos fritos. Y se hacen especialistas improvisados, sospechan hasta de un día de calor, o de alguna nube con extrañas formas. ¿qué hay si pasa algo nuevamente? Posiblemente nuevas luces enciendan las cabezas, y tendremos que sufrir las inclemencias de nuestra propia ignorancia. Porque, claro, estamos en un país que salió premiado en el item "desastres naturales", y posiblemente, por lo mismo, alguna mañana prendamos nuestros televisores y nos encontremos con otra terrible y jodida realidad... o una que quizás, como aquel 27 de febrero del 2010, nos toque vivir directamente. El tema es ¿eso implica que vivamos la existencia de un eventual desastre con paranoia? Hace rato ya que andamos así, tiritones, nerviosos sonrientes, esperando el impacto, como dice el tema de Bersuit. Lo terrible de todo es que el impacto ya lo estamos viviendo, y hace rato. Puntualmente en este país, con un presidente tan como las pelotas que, como ejemplo a la mano, aún tiene gente damnificada viviendo en mediaguas. Ahora que ya hay temporales. Si eso no es un desastre, entonces qué.

Personalmente me pasa algo con las manifestaciones de poder de la naturaleza... algo que no mencionaré acá, pero que existe, que está, que me da vueltas en la cabezota. Mientras tanto, veo como Marcelo Lagos educa a este pueblo tan autodidacta. A ver si para un próximo evento (telúrico o de otro tipo), tenemos un poco más de frialdad de cabeza, un poco más de organización y preparación. Y sobre todo, un poco - un poco mucho en realidad - de respeto. Porque por la cresta que estamos cagados con eso.

En fin, anoche tembló pero no sentimos nada en el edificio. Y en Pichilemu hubo una ola de sismos entre ayer y la madrugada de hoy. Ay mamá, capaz que se venga algo!

- Algo fuerte! - me rectifica la vecina, apenas asomada por la puerta.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

y que es lo que te pasa??
por que no decirlo por acá??
alguna mala cara? xD

tierragramas dijo...

es un blog, ni siquiera yo tengo cara acá.