lunes, septiembre 22, 2008

deshoras



Soy de esa forma humana que no se puede llamar forma en el sentido estricto de la palabra. Al menos no en automatic. Aún así, soy, eso es lo importante. Pero hombre soy. Pero hombre con historia, con prehistoria. ¿Hombre de las cavernas?

No, hombre de Cromagnon hacia arriba.

Es que soy no más. No voy a venir a decir que soy un superhombre con sangre bullente, bolas de plata, y ojos con fuego. Es más, entre todo el destello dejo pasar muchas cosas de pura flojera. (y entre el ruido la lluvia otras tantas). Y soy, con lo poco que creo ser, un ente enfocado en mis pasiones desnudas y egoístas; soy, y en todo eso que soy, trato de ser para mejor. Y trato con ganas y me muerdo la cara por dentro y me quedo dormido en el baño. Pero ahí estoy rescatando lo que se deja de lado, lo que el neomundo moderno deja de lado. No vaya a ser cosa, oye. No vaya a ser cosa.

Y tantos miedos, ¿cierto? Uno dice que es rico decir, pero como es redundante, digo que es piola valorar, tomar en cuenta tus miedos. Pero sino, los inventas, los dibujas, los escribes, los revisas, da igual. Yo dibujo, escribo, yo reviso (entre eso, más escribo, más dibujo). Pero no. No es gracia que me crean silbando melodías desinteresadas. No es gracia por que si al menos fuera verdad. Y me emborracho a menudo por que me cuesta controlar la conversación seca; y en cada gota madrugadora hay un espejo venoso; y ahí te ves, pero ahí te cortas también. Te rebanas los dedos con la suavidad, con la puta suavidad que arde.

No.


Y qué agradable que es el sufrir, ¿Ah?, y qué sabrosa que es la propia sangre que llega a tu lengua. A rato. A ratos. A ratitos. De todas formas, no te soportas una vida en eso, ni cagando... A todo esto, aún pienso si la sangre ajena tiene el mismo sabor.

Soy forma, pero la pierdo a menudo, es eso. Tengo gente, la gente también me tiene, y ahí tenemos relaciones que duran porque no podrían no trascender. No es necesario que ellos me entiendan por completo; para qué si en eso me doy por vencido hace años(En realidad es "me di por vencido"). No es necesario sentirme parte de sus vidas en la totalidad. Para nadie, creo yo, qué paja. Por completo soy lo que creo ser, y si soy eso que siento... ya lo olvidé. Pero lo que se dice, lo poco que se dice, que me dicen, que me escriben, se acerca bastante a mi jaula. Acá los fierros son delgados, y todo está listo para cubrir, para dejar ver, para tener todo a la mano, para dejar entrar cuando es necesario. Pero de tanta forma que se pierde, no vaya a ser cosa, oye.

El sentido estricto de la palabra modera comentarios y edita las entradas. Pero a estas horas no me pidan más.

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