jueves, febrero 14, 2008

Al final


Queda este mes ( el más largo de la historia) para agarrar las mochilas y mandarme a cambiar a mis tierras otra vez. Vacaciones tardías pero necesarias. Esta vez vuelvo con con una mentalidad que nunca pensé adoptar. Es decir, conce ya no es lo mismo, y su gente, la gente que me importó, la gente que quise y que me quiso, ya se fue conmigo hace rato. Se fue en mi cabeza, en mi puto y espacioso baúl de los recuerdos. Aunque no lo quiera, vuelvo a un pueblo fantasma, y yo mismo soy un ente flotante, un fantasma que avanza melancólicamente feliz. Allá hay mucho, demasiado, pero sobre todo está mí familia, mi vieja... MI VIEJA, ¡Qué más claro que eso! Regreso, retorno, retomo. Vuelvo con necesidades que van desde el aire a los recuerdos afables y desesperados de mi pieza. Inquietudes vitales para una cabeza revuelta y agitada como la mía. Amor-odio. Contradicciones que a la larga me gustan y que, sin lugar a dudas, me hacen sentir presente, o más vivo que de costumbre.

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