viernes, julio 04, 2008

Antes de run-runear por el sure


y bien, recién empieza a cesar la resaca. Raro, pensando que fue un poco más de una botella de ron entre... entre seis?. Creo, por ahí. Anoche, los zorros del desierto lluvioso nevado (los mismos zorros del norte florido bacheletista-piñerista-chavista) me sorprendieron con una celebración notable y emotiva, bien improvisada - aunque no por eso menos contundente -, traída directamente de los más oscuros submundos, plagados de gorritos y platitos de cartón con animalitos dibujados. Y ahí le dimos al festejo hasta la madrugada responsable de un jueves de mierda: su buen ron, su notable regalo frentista, y pa'qué decir, la buena onda y la conversa a destajo (papá).

Hoy me voy a conce y, rechupalla, aquel viaje fue lo único que me hizo respirar un poquito más hondo esta mañana. Digo que ahora se me está pasando la resaca porque amanecí apaleado a lo canitrot: mareado, con revoltijos de guata de lavadora, la boca seca y cero ganas de emprender la última aventura laboral de la semana. Asqueroso. En estos caso es vital cargar las baterías de entusiasmo. Y lo mejor es que java me ayuda, y me sonríe con esa carita de angel-malvado que tanto me gusta.

Sí, puedo decirlo: estoy contento, acá hay una familia, acá hay amigos que cuando me abrazan lo hacen de verdad; y aunque la caña recién se va, me voy a conce contento. Run-Run vuelve al sur: veré a mi vieja, estaré en mi casa, respiraré la tierra húmeda de julio, y me llevaré en la mochila las canciones, el libro y un buen neo-recuerdo para retratar en mis dulces y depravados 31 años.

Aparte, viajar es lo mejor.




(no puedo escribir esto mientras escucho radiohead, no puedo)

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