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martes, enero 10, 2012

Así con la cosa (21)

Una cosa lleva a la otra: temblores, desgano clínico, calor, clicks varios y de pronto, así sin más, Pablo Sarasate rascándome los sentidos. (repito, los sentidos! las bolas me las rasco yo mismo.)
Dicen los entendidos espirituales - siempre tan serenos y sabios - que los seres llegan al lugar sin siquiera buscarlo. Y cuando hablo del lugar me refiero a "el lugar". Al sector físico o espiritual que te define, que te hace ser lo que eres, sin haber trazado siquiera una puta línea de ruta. ¿magia excesiva? Demás, pero a veces me da por darle una vuelta extra a esos asuntos, digamos, jodidamente fomes. Y qué más fome que una tarde de martes. ¿Cómo no querer que un tema de semejante lucidez y maestría llegue sin más? Como sea, tal vez mañana piense distinto.

Y así, aunque hoy podría discrepar en casi todo me doy el tiempo-espacio buena onda y cachulupi para hacer un par de viajes cortos. El lugar, mi lugar, de repente asoma la ñata fría como queriendo mascullar algo cortito. Me hace un guiño y vuelve a ocultarse de una, y es que el desenfado seguirá siendo por siempre un estilo de vida. Una cosa lleva a la otra, ya dije.

¿Una chelita?

lunes, noviembre 21, 2011

Así con la cosa (20)


Podría señalizar con la mano y doblar, escoger la sonrisa zorrona y decir cosas agradables antes de cualquier camino. Ser simpático, agradable, sonrisal. Podría hacerlo pero la actuación no es lo mío y la hipérbole, mucho menos. Mejor sostener el asunto por el mango, ser un gusano verdadero y estamos. ¿alguna otra cosita? Pero en fín, por eso disparo, apunto y lanzo puro relajo. No vaya a pensar que soy hippie y mucho menos. Los días han estado tranquilos, inusuales, disparatados y un poco desquiciados. Incongruentes, fantasiosos, pero en extremo, de verdad que en extremo reales. Una cosa chocando con otra y volviendo a sus respectivos extremos, tersos. Un asunto de física o metafísica o métalefísica? Da igual.
Te digo, la plata no ha sobrado, tampoco ha faltado, y el sueño no se quita pero tampoco aumenta. Adormecidamente despierto es que camino. Mientras, saco brillo a mis más sinceros agradecimientos y no me defino como feliz o infeliz porque, chucha, ¿no sería mucho hacerlo?. Las expectativas son lo más odioso de lo odioso. Prefiero ir por ahí con relajo, sin camisetas con nombre, sin previews ni spams por descubrir.
Como sea, aún escribo y quizás por lo mismo mis inspiraciones rompen la tierra otra vez, generan un tallo, y con eso no puedo más que virar todas las esquinas con energía de avance. El calor que se gesta en mi pecho es sincero, y me quema agradablemente, sin más previa que la imagen de mi hijo mirándome fijo.
En el internanto, las latas de cerveza son casi un ritual de descanso y la mirada de tarito la calma y la dicha estilosa, esa que solamente un gusanillo como él me puede entregar. Lo superior. La mayor cercanía que he tenido con la espiritualidad. Y lo digo en serio. Mi hijo, mi vida, mis ojos. Dos, tres, cuatro, pum, paf. Dos, tres cuatro, cha cha cha. Hay un ritmo ahí, y no sé cómo definirlo de manera... de manera absoluta. Pero podría cerrar los ojos e imaginar un par de sonidos armoniosos, un ritmo adecuado para mi. Pero prefiero dejarlo en la básica sensación. En el misterio.
Las miradas al cielo son cosa de ratos, y los panes groseros, una provocación deliciosa. Astronomía, minimals conchesumadres, fachos pobres y esa gente que se cree el ano del mundo. EL egocentrismo puede tener un peso insoportable y creo que es tiempo de hacer dieta.
Me pregunto constantemente, yo no sé qué se creen algunas personas. Al final de cuentas se cierra el capítulo. Uno tras otro. Se gestan y se cierran, no podemos pedir devolución después que se paga y se consume y se disfruta, así que no sea weon/a.
Escucho música oriental y pienso en otras vidas, no por la certeza de haberla vivido, sino por la posibilidad. Escucho música, veo películas, documentales, leo libros, avanzo cerro abajo, esquivo perros pulguientos y me reconcilio con el mar... y con los sentimientos más puros dentro de las impurezas sentimentales, claro.
Fumo la nada, tomo de vez en vez, digo garabatos, DIGO MUCHOS GARABATOS, trato de idiotas a las masas y sus modas, tengo faltas de ortografía por temporadas, me avergüenzo de ciertas personas y me dan lástima otro tanto más. A veces me cuesta entender y que me entiendan, pero qué va, al parecer la gente que tengo a mi lado, la que está incondicionalmente, así me admite, me hace parte de sus vidas. Y como dije antes, no puedo más que agradecer.
Podría caminar eternamente, conseguir memorias y varios gigas más para mantener la frescura de los momentos a la mano. Pero camino a ratos y con eso me puedo dormir tranquilo. Y mi cabro, gusanillo, chinito hermoso, me mira con esa avidez de querer decir algo, y yo mientras tanto le digo que soy su padre, como lo haría un personaje como Darth Vader, pero más alegrón. ¿Se entiende? Yo escribo nomás. Yo escribo y avanzo y me digo que hoy hace calor. No porque lo diga, no porque lo crea, sino porque lo hace. Y si las personalidades sismológicas del día a día se pronuncian, lo más probable es que digan: "uy, está muy abochornado, tiene toda la pinta que va a temblarsh. Eso me hace recordar varias cosas, por ejemplo, las mañanas con neblina. Mire ud que soy loco!

lunes, julio 25, 2011

así con la cosa (19)

Entonces, al costado de la calle le pregunto que cómo se llama. El señor canoso, rechonchito y embigotado, después de una pausa pequeña - y un gesto de que se viene algo gracioso - , me dice "bueno, a mi me dicen cone. Así, como al sobrino de condorito, pero si acento en la "e": cone". Yo me sonrío y le digo que entonces, cuando queramos más empanadas dejaré dicho al conserje para que nos avise: que cuando pase el señor cone nos toque el citófono. "así nomás, pueh, ahí estaremos", me responde conforme. Yo recibo las tres empanadas, envueltas en un paquete de papel café, las afirmo con mis dos manos y en medio de una brisa fría me devuelvo trotando al departamento. A lo lejos me grita "que las disfrute!". Yo le doy gracias sin mirar atrás, voy cruzando la calle. No es la idea sacarme la cresta.



domingo 25 de julio del 2011 a las 13:15 horas aproximadamente.

jueves, julio 14, 2011

Así con la cosa (18)

Ya me quedan pocas páginas para terminar lo que, para mi, es el libro más divertido que he leído en harto tiempo (Tokyo Blues, de Murakami). Voy pensando en eso cuando me bajo de la micro. En eso y en que, a pesar de que me cargan los pantalones que llevo hoy, cada día me importa menos su incomodidad. Además, después el cielo me distrae. Avanzo los metros que me acercan a la agencia, disfrutando esas tonalidades que, en la previa de las lluvias, hacen de las nubes algo más tangible y trágico. Más penquistas digo yo. Es probable que hoy se termine el día con una buena chubasquera y me gusta, a lo Facebook.
Siento un poco de frío, miro el libro asomado en mi bolso como diciendo "hoy se termina todo" y paso a comprar una lámina de queso al negocio de la esquina. El pan me lo traje de la casa. La señora que atiende es una especie de Droopy con pelo largo. Un personaje que, históricamente, con suerte saluda y que hoy, en un acto sinceramente perturbador, tira la única talla que le he escuchado en años! Sé que es talla porque lo dice, me mira y se ríe. Pero yo estaba escuchando noticias y, qué le voy hacer, no le entiendo. Para ser cortés, me río, pago y me llevo el queso. Camino medio minuto, la última mirada a las nubes dramáticas y a trabajar. Qué más puedo decir.

martes, julio 12, 2011

Así con la cosa (17)


La gente está loca. Muy recontraloca. Tanto así que no compartiré los dulces que Sixto Paz me trajo de Ganímides. Además, sacaré su foto de mi billetera.

viernes, julio 08, 2011

Así con la cosa (16)

La escena es más o menos así, ahí tú le pones o le sacas según estimes conveniente: con un par de bolsas en tus enguantadas manos, abandonas el supermercado una fría mañana de junio. Son las nueve cuarenta aproximadamente, lo calculas sin mirar el reloj. El hielo, piensas, te vuelve un ente inexpresivo y lo subrayas mientras exhalas vapor y te miras en el reflejo de una micro verde que se detiene frente a ti. A la izquierda tuya, el sol aparece entre edificios grises que ahora se tornan amarillentos. A tu derecha, un perro color tigre se lame las bolas con una paciencia perturbadora. La micro avanza y una mujer sentada en ella te mira y te sonríe. Te das cuenta en un segundo ya que justo pestañeaste y la imagen se te quedó grabada, como en una fotografía. Te habrá confundido o estás más guapo de lo normal. Te convences que de seguro te confundió, tú no andas por la vida de galán.
Mirada general, piensas que las calles son más amistosas en la mañana, cuando sale el sol, cuando sus rayos matinales se cuela entre ventanas, postes y uno que otro brillo de pelo. Excepto si ese pelo está mojado. Y es que la noche te gusta, pero por otros motivos. La mañana es el ritmo que más te acomoda, al menos hoy.
En fin. Todo huele a pan fresco, sobre todo cuando cruzas ese pasillo angosto, donde las voces se tornan menos tenues que hace 15 minutos. ¡Cómo cambian las percepciones en 15 minutos! Prefieres el olor a pan tostado, pero el pan fresco no está mal. Ahora que lo piensas ¿es mejor el olor a arroz cocinado o cuando el arroz se cocina? Estas cosas son como el dilema del huevo y la gallina, te distraes unos segundos. Miras la bolsa como para asegurarte que todo sigue ahí.
Ok, te dispones a cruzar la calle principal. Hay dos gaviotas peleando en la cima de un poste. Gritan con un poco de tedio, como si pelear fuera un trámite y tuvieran que hacer show. Yo las observo antes de dar el paso, antes de jugar con la bolsa, antes de ver a esa mujer que, groseramente, lame los labios a su novio, ahí en la vereda de al frente. Y se ríen y yo vuelvo a mirar a las gaviotas pero ya no están. Se fueron en silencio. Luz verde. La pareja del frente parece tan eróticamente feliz, tan con ganas de hacerse pedazos. O tal vez vienen de desintegrarse en la noche. Pero uno nunca sabe, te dices. En el fondo las caras no dicen mucho, y las ganas duran lo que tienen que durar.
Dos, tres, cuatro, cinco personas. El taxi te espera. Suena tu celular. No sabes quién es. Nunca lo sabes, desde que no tienes pantalla, desde que contestas sin mirar. El cielo se nubla en un dos por tres, pero sigue siendo mañana y es un gran valor que así lo sea. Contestas. Es esa voz familiar que siempre te saca una sonrisa. ¿Eso sería todo? El comienzo y el fin.

martes, julio 05, 2011

Así con la cosa (15)


Se lo digo, señor invisible, emprendo muchas veces la misma salida y la misma llegada. Lo importante, y en ello creo que radica la resistencia a la erosión emocional, es salir y llegar con distintas formas de ver y otras tantas de respirar. Asi como hoy, por ejemplo, que sobre nuestras cabezas aparecía un notable cielo amarillento, regalando algunas gordas gotas de lluvia aisladas. No es que el cambio de switch sea automático, o que de un saltito de alegría, pero el giro pequeño, la brisa, el aroma, incluso las ganas, se inyectan de algo que me hace querer hablar más animado, más claro.
Soy de ese tipo de persona, qué le voy a hacer.

lunes, junio 07, 2010

así con la cosa (14)

Hoy leía la entrevista de un escritor chileno - de esos que uno conoce pero que tampoco son invitados a los matinales - que contaba que se tomaba un cortito de sour en la mañana y otro en la noche. Decía que eso le servía para leer, concentrarse, y que lo mismo se aplicaba a la escritura. OK, mientras desenfocaba mi cordura sureña imaginando semejante escena, me puse a pensar en lo fácil que es generarse una leyenda, más bien si tiene tintes de bizarra maldición maldita (aunque lo del sour tampoco es taaaaaan bizarro. Tengo amigos que hacen lo mismo y no escriben). Decir por ejemplo "cuando me levanto en las mañanas miro mi reloj y vuelvo a ponerlo a la hora que me acosté la noche anterior, así programo la alarma a la hora que despierte y vivo exactamente el mismo tiempo en estar dormido y en estar despierto. Luego, me asomo por la ventana, me rasco la axila derecha y grito "tenme en tu santo reino de los dientes negros, Cortázar!", ya sabes, me encanta Cortázar, pero al mismo tiempo quisiera resucitarlo con la sola idea de enviarlo a la tumba otra vez. En fin, prosigo. Después, tomo una pizca de sal con tierra y me la aplico con mucho cuidado en glándula lacrimal de cada ojo. Es una tradición familiar que no sé de dónde viene, pero que despeja todo tipo de malas visiones afuera. Hablo de visiones desde el plano espiritual. La visión es importante para la inspiración, si ves bien, bien sabes decir lo que sientes. La lágrima que viene luego es un detergente metafísico, un rastrillo líquido de malas vibras, y lo que escribo es fiel reflejo de mi grito, de la tierra y la sal, reflejo, señor mortal, de mi propia familia."

Y no es creer o no creer, pero ya me darían ganas de ver qué cresta escribe un weón así, sea malo, realmente un asco de arrugarte, o el descubrimiento del año.

Eso nomás.

martes, junio 01, 2010

así con la cosa (13)

Peso en los párpados. Peso de a peso y subida a cien. El retorcijón no repara en gastos, mijo, y hay de pronto una brisa helada que se cuela descarada en cada intertanto suspiroloco.

Hay un día, una mañana, una tarde y varias noches. Hay almuerzo servido en dos potes tibios matinales. Tres cabezas y un mismo techo de piso. Desde arriba la omnipotencia nos ve hacer y deshacer, enseñándonos a condenar, aplaudir, amar y repudiar. Desangrados entre llantos exagerados, con la sola idea de volver con el oreja a oreja amplio y estrellado, listos y dispuestos para reconstruir lo que sea otra vez.

El techo y el Dios en el entretecho. Las vigas, los trancos y las mesas enruedadas que se arrastran. El nuevo hogar de paso, con o sin gato; con o sin vecinos; con o sin chimenea. Cuando el arroz es ausencia y reminiscencia de mesas vacías.

Hay frío, cielo espolvoreado de grafito, y ya no es la punta de mis dedos solamente, el hielo comienza desde los nudillos, y me agarra fuerte. Necesito un té ardiente, Sr. locutor.

Sueño, cansancio, escozor en el borde de la vista, no sé bien lo que me pasa hoy, normalmente la música logra cosas, aunque no siempre se tiene el normalmente a la mano. La cartita bajo la manga también se congeló.

jueves, mayo 20, 2010

así con la cosa (12)

A cualquier precio, ¿te tinca?, a cualquiera nomás, como se dice, a ojos cerrados. Hubo alguna vez en que fui la buena niña, la niña rosada jugueteando con gatos, pero eso ya fue, a mi no me vienen con cosas. Ya fue, como ya fue mis ojos secos, mis palmas gastadas, mis suspiros a tanta sombra seductora. ¿qué tal? A cualquier precio, sí, qué bueno que te tinque porque sino, bueno, no sé dónde terminamos ahora. A coscachos quizás.

Es la vida, obvio, el tren sigue su curso y yo me subo y me bajo y me vuelvo a subir cagada de la risa. ¿Alguien acaso podría viajar de corrido, en un camino recto? Las fotos forman montañas, y a medida que veo sus imágenes voy perdiendo la memoria; hay muchos recovecos, es por eso, imposible recordar cuando se vive de verdad. Se puede, pero es como si nada fuera suficiente, y qué bien que así sea. Imagínate viviendo sin melancolías, sin pasar horas tratando de armar escenas que duraron un minuto.

- Afuera hay un sol naranjo.
- ¿y eso qué tiene?
- Son pocos los días en que el sol es naranjo, qué más quieres.

Soy así. Una vez me detuve en una estación y el sol teñía el paisaje naranjo, vieras tú lo loco que era ver todo como en un spot de fanta, la gente se ponía las manos en la cara, loca, y le brillaban los ojitos de pura emoción. Yo me fumé dos cigarros, recuerdo, y me devolví tomando una kem piña tibia. En ese tiempo ya iba en camino a lo que soy hoy, la mujer que soy hoy, pero me faltaba mucho. ¿Tú crees que me dio algo, alguna emoción extraña, un estremecimiento por el espinazo? Nada, apagué la colilla con la punta del pie y ya, me mandé a cambiar otra vez.

La única vez que pude emocionarme de verdad, que pude sentir que la existencia es más que una suma de detalles, fue una noche en la que estuve sola, borracha por un asunto que siquiera recuerdo. No hubo más necesidad de respuestas porque siquiera nacieron preguntas. Y ahora que te lo cuento me doy cuenta, que ni la plenitud ni la felicidad ni nada, que tampoco la depresión o la angustia, no hay que irse en la profunda, que estas cosas llegan en el momento que se les plazca, y te atraviesan. Así que qué bueno que te tinque, que te tinque a cualquier precio nomás, como las grandes que somos. Como las cabronas.

No me pongas esa cara, guapetona, no te me pongas así, ven acá y hagamos un salud sincero, que en el fondo es lo único que nos queda por hoy. Después, más ratito, a cualquier precio y se acabó, vamos por parte.

viernes, mayo 14, 2010

así con la cosa (11)

Es increíble lo que una melodía logra, es increíble. Y obvio, puedo decir que muchas cosas son increíbles, muchas, tú eso lo sabes, pero una melodía es una patada a pata pelada. Distinto, violento... Una patada con empeine mojado.

Claro, no entiendes, pero dime, ponte la mano en el cuore y dime, no es increíble que para mí sea tan claro? Es bien jodido encontrar claridad en cierto tipo de cosas y yo, ya ves, clarito como el vodka.

Te vas a reír, obvio que te vas a reír, pero el otro día vi, cáchate ésta, el otro día vi una polilla y a ratos la imaginé sonando como piano. La vi chocando como loca en la ventana del ascensor y te juro que sonaba como este opus.

Sí, me encanta hablar weás. Y que pienses que esas weás me inyectan, mucho mejor.


miércoles, mayo 05, 2010

así con la cosa (10)

Y ahí que el cometa caía, se acercaba, mientras la canción, chicharreando en aquella tienda vacía, subía de volumen con todas las ganas posibles. Juro, les prometo que no podría decir qué sentí en el mientras tanto, en el exacto momento; si salté, si me moví dos pasos más al borde, si di algún grito de horror... Nada podría. Lo que sí les puedo contar es que morí de la mejor manera en que un hombre podría morir, y es esa gracia, la gran gracia de mi propio fin de mundo, la que me hace deshojar esta libreta quemada para ti.

jueves, abril 08, 2010

así con la cosa (9)

Entonces dijo HOLA, y la rapsodia fue azul.

así con la cosa (9)

hola dije


http://www.youtube.com/watch?v=bSBqGBP07jc

así con la cosa (8)

Yo no sabría bien decir en qué tiempo fue lo que digo que pudo haber sido, pero el asunto es más complicado de lo que parece...

martes, marzo 30, 2010

así con la cosa (7)

me rindo, he escrito varias frases que he borrado al instante. El punto aparte a veces es tan malditamente seguido...

lunes, marzo 29, 2010

así con la cosa (6)

la saliva vemos punto blogspot punto com.


Muchas gracias

viernes, marzo 26, 2010

así con la cosa (5)

Si camino no hablar, soy autista

jueves, marzo 25, 2010

así con la cosa (4)

la cosa es así: al subir a la micro pierdo cien pesos y los recupero al final, cuando me bajo y los veo en la escalerilla gris de la puerta de adelante. No es una millonada pero me pone contento guardarlos en mi bolsillo. Es jueves, hay neblina y así no me importan los días nublados. Sobre todo porque mañana es viernes… Capicci?

miércoles, marzo 24, 2010

así con la cosa (3)

No es que sea buena gente, son mis ojos, y lo malos que son los demás.